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and in a year, a year, or so

Nunca fue más cierto eso del teamoteodio. Nunca fue tan irreal, tan surreal todo lo que (no) sucedió. Jamás sentí tan intensa la pulsión de muerte como en cada nueva charla con vos. El día que me hablaste de ella (la otra, la que querés, esa que no soy) algo en mí se quebró. Me acuerdo de llorar sin consuelo en la cama, en el baño, en el balcón, y de preguntarme (con lo melodramática que soy) si las lágrimas iban a parar algún día. Al final, sí, se detuvieron, pero en algún lugar, adentro, escondido (o no tanto), el llanto sigue. Ya no eras vos el del problema, era yo: no se trataba de un desinterés general de tu parte, era a mí a la que no elegías, y ahora había alguien a la que sí querías dedicarle tus días, tu atención, tu cariño. Lo que más dolía no era sólo el amor no correspondido, sino lo desmerecido de mi amor. Hoy lo que más duele es que ya no haya nada de qué hablar, que las charlas de horas hayan mutado en monosílabos y silencios incómodos, que ni siquiera te interese preguntar cómo estoy, saber que la música de los últimos meses quizás nunca tenga el mismo significado ni la pueda escuchar de la misma manera, ser conciente de que dejarte ir (si eso es posible) es ganar, pero también es perder.

Comentarios

Campeón ha dicho que…
Escribí eso por que leí el tuyo y me disparo cualquier cosa, ¿viste que dice que leí un texto? era por este, que es hermoso y tan triste a la vez.
Hace rato que salí del poso, estoy irreconocible

¿que tal las vacaciones?
Nati Jota ha dicho que…
Qué lindo

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