Dentro de unos momentos no habrá más que sombras en el valle. Y yo, solitario en este hueco de la tierra instalaré en la noche mi cuota filosófica de animal emocionado. Esta es la hora del día en que fracasa todo ensayo de interpretación acerca de mi papel en el mundo. Sombrío, el año ha muerto. Mientras trato de justificar esta pena, esta baja tensión de la conciencia, me pregunto si no habrá una segunda oportunidad detrás de esas montañas. Joaquín Giannuzzi