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Mostrando entradas de noviembre, 2012

todos tus caballos de carreras

lo pensé el otro día después de juntarme con vos a tomar un helado en caballito, que podríamos tener una vida cordial juntos, que serías un buen novio, me dio esa impresión, tanto decir, tanto repetir esa frase como una pelotuda, como si la vida fuera sólo eso, y ahora frente a la posibilidad sé que voy a escapar. pero esta vez con motivo, yo no quiero un novio, quiero enamorarme. aunque me da miedo el amor. me cayó la ficha mientras iba a encontrarme con vos en el colectivo, que estaba nerviosa, inquieta, y pensé en la película de Campanella cuando Eduardo Blanco le tira a Valeria Bertuccelli un 'vos no te lo bancás al amor', no, es verdad, no me lo banco, llegué a esa conclusión. así como me ves, con este perfil de enamorada tonta, te digo yo no puedo con el amor. ves? te das cuenta del cliché? de la idiotez? yo sí y no lo soporto, me miro y digo: sos insoportable. vos no te lo bancás al amor, pero nadie te va a bancar a vos tampoco. y pienso en pobre ex novio que nos amó co
estoy triste y no sé por qué. o sí. tal vez. escucho Joni Mitchell y se me arma como una angustia en el pecho. después salto a Boom Boom Kid y voy directo al llanto. fin de año. ponele. qué sé yo. mi sesión de terapia de hoy. la obra que volví a ver el fin de semana que pasó. encerrarse en uno mismo por miedo (a perder) (qué). otra vez a las andanzas pichi. sí, otra vez. la incomodidad y el ridículo. el mareo y la náusea. todo eso junto con el calor de noviembre y el rayo de sol sobre la cabeza a las doce del mediodía. hablar con vos es un poco una puñalada. todavía, sí. ver su foto con su novia a lo Gran Gatsby  también duele. Scott Fitzgerald nos persigue, hace poco vimos una película en la que lo mencionaban -tarde o temprano vamos a tener que leer(lo). 'mi imaginación es enorme' -pero no tanto como para crearme un novio a la medida. saltear etapas: somos expertas en eso. vamos trescuatro escalones adelantadas, ya pensamos todo lo que (no

Al otro lado del río

Te suicidaste. Me llamó una amiga para avisarme. Pensé en vos, toda esa noche, toda esa semana. Pensé en los motivos que te llevaron a tomar una decisión así. Te imaginé en el campo, rodeado de montañas, en los últimos minutos que ibas a tener. Leí una carta que habías escrito hace unos años: decías que todo iba a salir bien. Y lloré. Qué lástima que te hayas ido. Qué pena no volverte a ver.

I sometimes wish you would call me

but then I wouldn't know what to say.

may be

Es curioso, o quizás no tanto, cómo funciona el recuerdo, más precisamente cómo funciona eso de asociar olores, sabores, sensaciones o melodías a momentos particulares de la vida. Hace un tiempo me hicieron recordar esta canción , hacía mucho no la escuchaba y en cuestión de segundos me remitió a una época no muy lejana pero sí muy solitaria de mi vida. De la misma manera cada vez que escucho esta otra me vienen a la mente noches de verano del 2008: yo escribo en la computadora mientras entra viento fresco desde el balcón. O esta , y entonces volver a ese atardecer de octubre en el viejo continente y el perfume dulzón de la tienda de velas en Florencia.  A veces pienso que, en términos emocionales, me quedé estancada en mis 17. Sobre todo lo pienso cuando suceden cosas como estar acostados en el puff, uno junto al otro, con más gente alrededor y que, sin saber cómo ni por qué, me tomes de la mano y me guste (ya lo decía Conor Oberst,  the devil is in the details ), disfrutar ese mí