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Mostrando entradas de mayo, 2013
Toda novedad debe encontrarnos siempre enteramente disponibles -André Gide

Weekend

oírlo hablar ahora de los mecanismos que emplea para averiguar el estado sentimental de una fémina cualquiera nos genera un pequeño escozor y ganas de llorar o volcar violencia física sobre algún elemento externo, pero no hacemos ni una cosa ni la otra. estamos grandes nos decimos. estamos grandes ya para llorar en público y revolver nuestras miserias frente a los demás. sonrío. y dejo ser al sentimiento. no es él en realidad lo que duele/molesta, es todo lo otro, you know : salir a medianoche de home sweet home ,   tiritar de frío, o más bien de soledad, a la espera del transporte público que nos lleve hacia puntos geográficos distantes e ignotos - caminos infructuosos en la búsqueda de quién sabe qué -, sin que haya manos que tomen las nuestras, sin brazos ajenos ni espaldas de las cuales aferrarse ni voces susurrantes al oído, ni el más mínimo gesto de contención. sola en la calle apenas iluminada, igual que yo. encontrarte seis años después no es casualidad, existe un entramado

(...)

ph. Lina Scheynius Hay días que transcurren  todos iguales, algunas veces me siento bien.

así:

we wish

También en ese "misterioso taller de Dios", como respetuosamente llamara Goethe a la Historia, gran parte de lo que ocurre es indiferente y trivial. También aquí, como en todos los ámbitos del arte y de la vida, los momentos sublimes, inolvidables, son raros. La mayoría de las veces, en su calidad de cronista se limita a hilvanar, indolente y tenaz, punto por punto, un hecho tras otro en esa inmensa cadena que se extiende a lo largo de miles de años, pues toda crisis necesita un período de preparación y todo auténtico acontecimiento, un desarrollo. Los millones de hombres que conforman un pueblo son necesarios para que nazca un sólo genio. Igualmente han de transcurrir millones de horas inútiles antes de que se produzca un momento estelar de la humanidad. Stefan Zweig

to lean on

Con el sol que pega sobe Buenos Aires, sobre mi balcón, sobre mi rostro, con los ojos cristalinos y con ganas de llorar, le doy play a  la canción que escuchábamos juntos cuando éramos más jóvenes y las tardes eran largas, y yo te amaba, o al menos eso creía. Cuando el hastío no había invadido todo y lo que decías todavía me parecía interesante y vos tan lindo. Después sobrevino el invierno y las cosas empezaron a marchitarse, a perder encanto, y si bien en la primavera algo amagó florecer, con el tiempo cada palabra que pronunciabas comenzó a resultarme estúpida y más tarde todo lo que yo te decía era hiriente. Entonces todo intento resultaba vano para remontar algo que ya no tenía arreglo. Pasó el verano y el final era inminente pero dolía dejarte ir y enfrentarme a la incertidumbre de saberme sola. Hoy celebro mi decisión: mi cobardía no valía tu dolor. Aunque a veces sufra mi soledad, hay que aprender a vivir con uno mismo, me digo, y eso pienso, o intento creer, me repito cuando

remember how lovely we were

te vi pasar al pasar pasamos de largo. intercambiamos una mirada de lejos, de cerca. evité eso que evito siempre una vez más. los extraños me dan miedo. los conocidos a veces también. hoy volví a pasar a ver si pasabas de nuevo a ver si la coincidencia se volvía a producir. no sucedió. vi una luz prenderse y apagarse en la casa por donde te vi entrar ayer, y me encontré con la misma paloma que el día anterior estaba herida en la vereda, pero hoy estaba muerta. no estaba el hombre que se masturbaba en el auto frente a tu puerta. me angustié: pobre paloma y nosotros dos que no hicimos nada por ella. rodeada de moscas estaba. y me dieron ganas de llorar. no sé si por ella o un poco por mí. o tal vez por mi abuela que ayer hubiese cumplido años. pienso más en la vida últimamente, en lo que me gustaría vivir. a veces me pierdo entre tanto pensamiento, no termino de discernir entre sueño y realidad; a veces la realidad me parece toda una, igual de soñada, igual de irreal. pienso mucho en lo