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Mostrando entradas de 2016
  porque hay dolores que valen la pena

Hospital Británico

Tu Rostro como sangre muy oscura en un plato de tropa, entre cocinas frías y bajo un sol de nieve; Tu Rostro como una conversación entre colmenas con vértigo en la llanura del verano;Tu Rostro como sombra verde y negra con balidos muy cerca de mi aliento y mi revólver; Tu Rostro como sombra verde y negra que desciende al galope, cada tarde, desde una pampa a dos mil metros sobre el nivel del mar;Tu Rostro como arroyos de violetas cayendo lentamente desde gallos de riña;Tu Rostro como arroyos de violetas que empapan de vitrales a un hospital sobre un barranco. (1985) Héctor Viel Temperley 
Todas las madres guardan la memoria de la primera mi bisabuela se suicidó cuando mi abuela tenía siete años -una traición de amor- tomó el veneno y estrelló la jarra contra la pared delante de su hija dicen que primero se preparó se pintó se puso las alhajas se peinó el pelo rubio frente al espejo sin dejar de mirarse con ese gesto que repite todos los días mi mamá y que yo estoy empezando a repetir. Roberta Innamico 

alguna vez

1 ¿alguna vez escuchaste esos movimientos microscópicos que se originan en el aire y quedan ardiendo en la casa? ¿alguna vez entre sueños escuchaste el crujir de los objetos? parece que se quejaran pero yo creo que se valen de la intimidad de la noche para aliviar su peso y entregarse. 2 ¿alguna vez oliste en tu piel otras épocas otros temblores? cuando me pasa pienso que todo lo que vivimos se hunde en la carne a la espera de regresar algún día como un destello como una vez primera. 3 ¿alguna vez te sentiste como en una película? alguien te está mirando muy fuerte y alguna conclusión –terrible o preciosa–  te espera cuando dejen de escucharse los pájaros y se encienda como una luz blanquísima el silencio. Natalia Leiderman
Algo nuevo nace cada vez que entre el escombro se cuela un poco de luz, al menos algo nuevo podría emerger de la resaca fresca. Habrá que adelantarse para no temer, al estado de sorpresa preparar los cuidados, que surja el latido diminuto pausar el rencor y las miserias. Hoy vi a los niños dormir en paz como animales domésticos. Matilde Méndez

La caída

Si te dicen que caí es que caí. Verticalmente. Y con horizontales resultados. Soy, del ángulo recto solamente los lados. Ignoro el arte monumental del sesgo, esa torsión ornamental del héroe que hace que su caer se luzca como un salto. Ese rizo del mártir que, ascendiendo se sale de la víctima y su propio tormento sobrevuela no es mi especialidad. Yo, cuando caigo, caigo. No hay parábola ni aire, ni fuerza de sustentación. Un resbalón: espero. Al suelo llego por la ruta más breve. Un alud, una piedra, una viga a la que han dinamitado. No hay astucias del cuerpo en mi descenso. Se sobrevive: el fondo del abismo es más blando para quien no vuela, sólo cae. Si te dicen que caí, no vengas a enseñarme aerodinámica revisionista. No me cuentes de los que cayeron venciendo. No vengas a decirme que no crees que haya sido un accidente. En lo único que creo es en el accidente. Lo único que sabe hacer el universo es derrumbarse sin ningún motivo, es desmoronarse po
Lluvia Esta mañana me desperté con  la urgencia terrible de quedarme en la cama todo el día y leer. La combatí por un minuto. Después miré la lluvia por la ventana. Y me rendí. Me puse por entero en manos de esta mañana lluviosa. ¿Volvería a vivir mi vida otra vez? ¿Cometería los mismos errores imperdonables? Sí, si tuviera la menor oportunidad. Sí. Raymond Carver
"la memoria siempre es transitoria, notoriamente poco confiable, acosada por el fantasma del olvido, en pocas palabras: humana y social. en tanto memoria pública está sometida al cambi o -político, generacional, individual-. no puede ser almacenada para siempre, ni puede ser asegurada a través de monumentos; en este aspecto, tampoco podemos confiar en los sistemas digitales de recuperación de datos para garantizar la coherencia y la continuidad. si el sentido del tiempo vivido está siendo renegociado en nuestras culturas contemporáneas de la memoria, no deberíamos olvidar que el tiempo no es únicamente el pasado, su preservación y transmisión. si estamos sufriendo de hecho un excedente de memoria, tenemos que hacer el esfuerzo de distinguir los pasados utilizables de aquellos descartables. se requiere discernimiento y recuerdo productivo; la cultura de masas y los medios virtuales no son inherentemente irreconciliables con ese propósito. aun si la amnesia es un producto colateral
Todas nos empezamos a parecer a nuestras mamás cuando pasa el tiempo nos ponemos grandotas percheronas la mirada más hermosa como de alguien que puede defenderse de todo como de alguien que está   enamorada de sí misma en los momentos de soledad Roberta Iannamico
Donde yo veía una grieta un albañil me dijo "la casa ha trabajado". Hay agujeros en las personas sitios inhóspitos en los que no habitaría un pájaro. Lugares sin abrigo adonde acude el lenguaje con su instante de fuga, su residuo desesperado. "La vida ha trabajado", le digo, y me observo las manos solas, toco esta cabeza que por la madrugada escucha a los gallos delatar la cartografía de un pueblo a oscuras. Las ratas que hacen surcos para llegar a alguna parte. Los alimentos que desovan en la oscuridad del estómago. "El olvido ha trabajado", me digo y cierro los ojos que dan a otros ojos, reúno los caminos que nos vieron pasar. Como si alguna vez volviera la primera vez de todo, y yo fuera una grieta que anda por el aire y que aún no encontró la casa. Julia Magistratti
El miedo se detuvo en la foto de los maizales encorvados por el viento ya no te pido más que el cuero replegado en sus bordes el futuro se abre pleno como la flor de un día de los cactus el invierno no acecha y la tormenta no es más que agua cayendo desde el cielo. Matilde Méndez

A veces

Se dice cuando no siempre se puede algo un hábito o costumbre no muy frecuente no de todos los días -tampoco nunca Se dice cuando de vez en cuando algo como sentirse triste o solo o feliz o hermosa sucede como decir cada tanto un día sí dos no un día sí tres no pero no regularmente no cada dos días ni cada tres ni todos los sábados ni los jueves ni dos de cada cuatro viernes sino por ejemplo un viernes y luego no y luego, dos semanas o tres más tarde otra vez y luego no- cinco días o seis o quince y luego sí Suele también suceder que llegamos a olvidar por un tiempo algo, a alguien y ded pronto lo vemos, pensamos, lo tenemos o recordamos o echamos otra vez de menos y después de un tiempo otra vez y otra vez después de cierto tiempo O se dice a propósito de algo que sucede por lo general en el alma como un ritmo o con un cierto ritmo que por lo general ignoramos que, más bien, reconocemos cada vez y cuando recordamos que cada tanto aparece que ya v
ph. Lina Scheynius hubiéramos querido tener en nuestras manos la eternidad de nuestras vidas pero sólo nos era permitido ocupar el cuarto por tres horas. la vieja cama rechinó hiriendo nuestros oídos, para entonces ya nada importaba. con las precauciones del caso cara - a - cara intentamos recuperar nuestro destino y nos amamos desesperadamente. yo todavía conservo una mata de tu pelo entre mis piernas. María Emilia Cornejo
Un palacio de cristal rodeado de sombras azotado por las olas de las sombras. ¿Era esto la vida? ¿Pero es la muerte la sombra invasora? Venimos de la vida, de la gran vida, y hacia la vida, la gran vida, vamos, a través de una forma efímera hermana de la piedra y del arco-iris, sí, Marie Colmont. Es el retorno, entonces, la muerte. amiga de la voz segura y luminosa que nos muestra los hilos infinitos, todavía trémulos, que nos ligan a todas las criaturas del universo, en espera. Sí, desde el abrazo humano, como tú dices, nos elevaremos a la gran hermandad. Desde la casa segura y limpia de la tierra, desde la casa hermosa y noble, en medio de las triunfantes aventuras, por entre las fuerzas misteriosas que ceden, la criatura humana entablará las más puras relaciones con todas las cosas que tiemblan en su halo sensible esperando nuestras miradas amorosas y nuestras caricias inteligentes. Y con los animales, sí, con todos, vidas todavía tan misteriosas y turbadoras. ¡Con todo! Hay tantas
A ver, a ver, a ver, repetía antes de morirse como si algo le tapara la visión del otro camino ése que ella ya tenía delante de las narices pero que la dirección de su cuerpo aún se negaba a tomar. A ver, a ver, a ver, siguió insistiendo hasta el cansancio mientras los que rodeábamos su cama queríamos ver también si es que realmente algo visible, un ángel o cualquier otra aparición, metida de lleno en la asepsia de ese cuarto podía darnos la clave médica de que algo estaba por pasar. Después de que murió me sentí culpable de haberla confrontado con sus fantasmas a ver qué, mamá, a ver qué, a ver qué. Y aunque nada había para ver, eso es seguro, ella encontró, parece, el objeto que buscaba porque de un minuto para otro se quedó muda mientras yo con la pregunta en la boca me fui rumiando las razones de todos los asuntos del mundo que en la cadencia insoportable de su repetición no tienen, no tienen y no tienen ninguna respuesta. Tamara Kamenszain De El eco de mi madre (2010)

razones de gravedad

cuando el viento es de agosto y pega como ahora en la cara y se levantan remolinos de hojas de papeles manchados con grasa pienso en vos no hay nada romántico en eso es más simple: tengo la cabeza sucia con tus ojos, tengo los oídos llenos del coltrane viejo que usamos esa tarde, ¿o fue un mingus? por eso voy por la ruta y escucho cuando el chofer le dice a otro que le gusta el viento porque levanta la pollerita de las pendejas y veo, en el río, el caballo flaco arrastrando un carro de arena y todo me lleva a vos pero no pienses en el amor lo mismo corre el agua sucia hacia la cloaca y es sólo un efecto de la gravedad Elena Anníbali

El pino

Apagué los motores y anduve a la deriva ¿cuántos años anduve a la deriva, el motor apagado, ni impulso ni gobierno, sin dirección? Me recuerdo leyendo neones a la vera de avenidas desiertas. ¿Cómo pudo nevarme encima todo este cansancio? ¿Cómo pudo acumularse, quedar ahí toda la vida? Sacudo la cabeza como un pino. La nieve no se va. Beatriz Vignoli Viernes (2001)

Un balcón es una viñeta

La apertura del invierno inaugura la temporada de los abandonos. Como si algún organismo interno, se rehusara a recurrir a los recursos gratuitos de la supervivencia humana. Todas las luces de los edificios se terminan junto con tu cigarrillo. Apago el televisor, me pregunto cómo se habrán escuchado las cosas que te dije desde donde te encontrabas. Prendo uno para que algo, en el espacio de la ciudad que crece entre nosotros, permanezca encendido. Daiana Henderson 

INESTABLE

Andrés Caminos y Gadiel Sztrik Recomendadísima obra de los Sutottos en el Beckett Teatro. Sábados a las 21. ID.

Encargo

Vayan, canciones mías, al insatisfecho y al solitario, vayan también al neurótico, vayan al esclavo de toda convención, llévenles mi desprecio por sus opresores. Vayan como una gran ola de agua fresca, lleven mi desprecio por los opresores. Hablen contra la opresión inconsciente, hablen contra la tiranía de los que no tienen imaginación, hablen contra las ataduras, vayan a la burguesa que está muriendo de hastío, vayan a las mujeres de los barrios residenciales, vayan a las horrorosamente casadas, vayan a aquellas que disimulan su fracaso, vayan a las desafortunadamente emparejadas, vayan a la esposa comprada, vayan a la mujer comprometida. Vayan a aquellos que tienen una delicada lujuria, vayan a aquellos cuyos delicados deseos se frustraron, vayan como una plaga sobre lo que es insulso en todo el mundo; vayan con su filo contra esto, refuercen las sutiles cuerdas, traigan confianza a las algas y tentáculos del alma. Vayan de manera amistosa, vayan con un disc
I señor, vos le diste a mi hermano un ford falcon rojo para llegar a la casa de la niebla y después qué le dijiste? le explicaste que el camino estaba cortado? ¿que el motor estaba roto? ¿que todo estaba roto? ¿que no había vuelta? ¿qué hiciste, cómo para convencerlo? para que te diera la mano se sentara en la sillita de mentira dejara que la oscura hostia de tu nombre le llegara a la boca ¿o le metiste una piedra? o una moneda, un gancho, un papelito de dónde lo enmudeciste, lo hiciste olvidar olvidarnos qué señas le habrás hecho para que en vez de volver a casa apagara el motor del falcon se escurriera de la sedosa perfección del cuero de la música en la radio del ronroneo cachondo del auto y se bajara con vos para ir adónde ¿a cazar pajaritos? ¿a ver el dorado pasto extinguirse tras el fuego del invierno? ¿a romper el cristal del agua para que beban las crías? o era verano, quizá por entonces y le diste el agua peligrosa de tu cielo entra
Hace algún tiempo fuimos todas las películas de amor mundiales todos los árboles del infierno. Viajábamos en trenes que unían nuestros cuerpos a la velocidad del deseo. Como siempre, la lluvia caía en todas partes. Hoy nos encontramos en la calle. Ella estaba con su marido y su hijo; éramos el gran anacronismo del amor, la parte pendiente de un montaje absurdo. Parece una ley: todo lo que se pudre forma una familia. Fabián Casas

para decir adiós

Amado y más Me resulta tremenda, dolorosamente difícil, después de todo lo que tú bien sabes, de tantos años y recuerdos y rincones, decirte algo que, en fin, apenas logro a veces balbucear a solas, cuando la noche se hace confidente, pero de golpe la luz me ciega, amor, y regreso al silencio, que es mi mejor compañero de baile, por eso se me hace tan, cómo explicarte, los labios se me llenan de ceniza, como cuando has fumado demasiado y la garganta se te encoge, sé que tú me abrazarías, que me convencerías nuevamente de que todo es posible, hasta nosotros, ¿por dónde comenzar, entonces, esta carta que dicta mi temblor? Largo de aquí. No tuya, Ana por Andrés Neuman

Cuando las vacaciones se hayan terminado de una vez

Va a ser extraño darnos cuenta al fin de que esto no podía continuar para siempre, la voz confiada que nos repetía una y otra vez que nada iba a cambiar, y recordar, también, puesto que para entonces todo habrá terminado, lo que teníamos, la forma en que perdíamos el tiempo como si no quedara otra cosa que hacer, cuando, en un fogonazo, cambió el clima y el aire altivo se volvió de pronto insoportablemente denso, soplaba un viento mudo, y las ciudades parecían de ceniza, y saber, además, lo que no sospechábamos, que era algo parecido al verano más augusto, excepto que las noches eran más templadas, y que las nubes daban la impresión de brillar, y aun así, porque no habremos cambiado demasiado, preguntarnos qué habrá de ocurrir con las cosas, y quién va a quedar para hacer todo de nuevo, e intentar de algún modo, aunque aún no podamos, descubrir qué fue lo que salió tan mal, o la razón de que estemos muriéndonos. Mark Strand

smile

Más que nada me gusta verte sonreír.
Humedecí mis pies en la bordadura de pastos que crecen a lo largo y al azar, entre los montes deambulé como perdida avanzando de a círculos entre los claros y de a brazadas en el bosque todos los árboles eran el mismo y los arbustos y sus espinas y los fragmentos de cielo como esquirlas que ardían mi piel habituada a estar a oscuras. Desandé mi memoria para saber qué había salido mal, en qué momento torcí el trayecto y el sendero se volvió maleza y las malvas yuyo arisco de entrepiedra. Tal vez fuera que ofendí al enemigo a su dios o a ambos y una maldición me sigue desde entonces o estoy pagando el error que fueron arrastrando las generaciones como un tumor latente entre los genes y recordé de a tramos el sonido de un rio después vi el rio, su caudal abundante derramarse la cañada donde pudimos acampar a cielo abierto una boca de labios secos y partidos por el frio o el sol, una alameda a su sombra la zona del descanso donde dormimos quizá fuera el amor quizá su mal el punto de in

El bar de la estación de Valentín Alsina

Paisaje de desván de cosas inconclusas y ya viejas arrumbadas sin orden. La luz dorada de la tarde de verano lo vuelve bello como una mano muerta. El andén silencioso sin los trenes. Tu Citroen estacionado afuera. Si esto fuera una película francesa vendríamos huyendo de algo. Nos sentamos en el bar casi desierto por donde el tiempo hace veintiséis años que no pasa. Las paredes son de un verde espeso, como en un óleo y los espejos parecen aguas estancadas. En el silencio antiguo, el tiempo se ahonda y reconozco, en los bananeros iluminados por el sol al otro lado de las vías de maniobras, un lugar de mi infancia. La puerta del bar enmarca ese fragmento de otro tiempo que aquí, al sur de todo, se ha conservado intacto. Allá está la cortina de tiras de hule de cuyas estrías guardo un recuerdo táctil. Aquellas cortinas venían multicolores y hacían "flap, flap, flap" cuando se las atravesaba a gran velocidad y baja altura siendo niños, sin una imagen que
El amor es un relato que nos deja a la intemperie, a estar expuestas al destino de fracasar, porque el amor, a pesar de estar hecho de la materia del deseo, está libre de él y hace lo que quiere con nosotras. Porque sabemos bien que a pesar de San Valentín y su ejército voluntario de corazones biempensantes, de corazones con relleno Bon o Bon, todo amor es un amor ya perdido, todo amor es un amor que se ejercita en la angostura de una cornisa sobre un paisaje vacío de 360 grados. Porque si bien alguien dijo que amar es vivir en la temperatura de la eternidad, sabemos que el amor es aquello que no puede detenerse para evitar que se pierda. Por eso no me ofrezco en carne viva ni me ofrezco desollada, me ofrezco reafirmando mis potencias y sabiendo que soy por mí misma narrada. Porque podemos dejar de amarnos pero no podemos dejar de narrar ni de narrarnos. http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/subnotas/8639-866-2014-02-14.html

El enlace

El dormirse en los brazos de alguien que se ama tiene algo de sagrado: algo que sobrevive de un rito primitivo es más que acurrucarse como los animales en días de tormenta es un cuerpo un santuario para el otro: el enla- ce es un pacto de cara hacia el futuro una alianza que no debe romperse ahora entra en contacto la sangre con la sangre y la respiración con la respiración como si fueran manos tocándose, estrechándose. James Laughlin
El pueblo es mío en bicicleta las orejas se tiran para atrás puedo inventar el viento si pedaleo cuando llueve ando más fuerte y la lluvia me escribe telegramas húmedos me dibuja en el cuerpo un mapa se parece al de mi pueblo pero es infinitamente mayor. de "40 velocidades, colección de poemas en bicicleta" Roberta Iannamico