Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2011
Que el amor no es suficiente fue lo que dijo, creo. O que no importa, o que es otra cosa. (...) Probablemente dé lo mismo, de eso se trata todo. Ahora ya ni siquiera sé. Qué deprimente. Si no fuera suficiente con el amor, ¿qué queda? Siempre pensé que -por lo menos en eso- se podía creer. Tanto libro, tanta película en los que todo se resuelve con amor, por amor. Donde el amor salva. Y acá, en el mundo real, en esto que reconozco como real, el amor no sólo no salva sino que ni siquiera es suficiente. (...) quién te saca del fango del desamor, de la ausencia de amor, o peor, de su inutilidad. Cierro la boca, permanezco callada, elijo el silencio y deambulo ahí, del otro lado de la ventana. Qué tristeza, qué aburrimiento. Romina Paula

to a place where I could be myself

Todo lo de anoche

... él insiste en dejarse la remera puesta; así, dice, se siente menos infiel. La declaración me causa gracia pero no sonrío. Al principio son relajantes los besos en el cuello, pero al rato no puedo mantener los ojos cerrados: la parte de arriba del placard está abierta, cuelga mi bolso, pienso en mi último viaje con... algo me molesta, mis medias con ligas son demasiado obstáculo para sus dedos y él insiste como si nada. Me resulta un poco torpe, algo violento. Le digo que me deje a mí.    Ya no hay luz anaranjada ni de ningún tipo, aún no hubo sexo, pero él dice que esto es sólo el comienzo y, al menos, por fin estoy desnuda. Hace un comentario acerca del desorden del cuarto. Debés ser muy insegura para probarte tanta ropa antes de salir. Se ríe, pero sólo porque está nervioso (o porque dijo algo estúpido). Yo no me río aunque también estoy nerviosa o molesta o furiosa. Y luego la pregunta de si tiene preservativos cerca, él dice que en el jean. Pienso que eso es demasiado lejos, él

Roma

Nada arregla nada, las cosas son como son. No te puedo decir que ya se te va a pasar, porque no sé si se te va a pasar. No te voy a decir lo que tenés que hacer, porque no lo sé. Nadie puede decirle a otro cómo hay que vivir. Lo que tenés que saber es que va a haber mucho dolor, mucho dolor mucho tiempo. (...) Ya que estamos te lo digo, aunque sé que ahora no me vas a dar bolilla: hay que seguir, Joaco, hay que seguir. Todo lo que nos pasa es mucho menos importante de lo que a uno le gusta creer. No hay una sola vida...hay una sola vida, pero dentro de esa vida, uno vive muchas vidas, todas diferentes, algunas mejores, otras peores, y ninguna tiene mucho sentido. Hay que seguir, pichón.

La semana trágica en que me hice poeta

A veces creo que voy al teatro a enamorarme. No, en realidad a veces no: voy al teatro a enamorarme. Lo que sí: a veces sucede y otras no. Ayer me enamoré, de un chico del público que era alto, usaba lentes y estaba solo*, claro, y de un personaje: Pedro Testa, o la clase media argentina. Alberto Ajaka: genio. Hace unos meses aquí mismo recomendé ver Cada una de las cosas iguales , ahora además de eso les digo que vayan a ver Ala de Criados , muchachos. Las actuaciones son geniales (entre el elenco se encuentra Esteban Bigliardi, actor de El tiempo todo entero , obra que también recomendamos por estos pagos), y te aseguro que si sos mujer vas a querer que Pedro intente seducirte, no miento, le comprás toda la galantería. Imaginate si un hombre te tira la siguiente frase: - Hable - ¿Qué digo? - Decí besame y acto seguido te besa con pasión. Yo creo que muero o me derrito o muero derretida, algo así, seguro.** La cuestión es que el texto tiene momentos destacables, el vestuario es m

All in your mind

Llego, apurada como siempre, y un chico lindo y alto que está en la puerta me deja pasar. En el patio hay bastante gente, adentro todavía más. Por suerte, encuentro caras conocidas rápido: J. de boina negra, D. saca entradas, S. es la primera en saludarme. Siguen G. e I., hace mucho que no los veo a ellos dos. Cinco minutos después abren la sala. La escenografía me gusta. Me siento con S. en la cuarta fila, después los chicos preguntan por qué no adelante de todo, nos levantamos pero en el medio ocupan los asientos, terminamos con S. en tercera fila, me gustaba más la ubicación anterior. Las actrices ya están en escena. Termina de acomodarse el público, hay algunas caras conocidas (a veces, el circuito de teatro under-experimental-independiente resulta demasiado pequeño). La obra transcurre con sus momentos más o menos graciosos, más o menos dramáticos, más o menos extraños, y entonces un beso: él y una de las chicas en situación romántica apasionada, y desde adentro algo empieza a d