"la memoria siempre es transitoria, notoriamente poco confiable, acosada por el fantasma del olvido, en pocas palabras: humana y social. en tanto memoria pública está sometida al cambio -político, generacional, individual-. no puede ser almacenada para siempre, ni puede ser asegurada a través de monumentos; en este aspecto, tampoco podemos confiar en los sistemas digitales de recuperación de datos para garantizar la coherencia y la continuidad. si el sentido del tiempo vivido está siendo renegociado en nuestras culturas contemporáneas de la memoria, no deberíamos olvidar que el tiempo no es únicamente el pasado, su preservación y transmisión. si estamos sufriendo de hecho un excedente de memoria, tenemos que hacer el esfuerzo de distinguir los pasados utilizables de aquellos descartables. se requiere discernimiento y recuerdo productivo; la cultura de masas y los medios virtuales no son inherentemente irreconciliables con ese propósito. aun si la amnesia es un producto colateral del ciberespacio; no podemos permitir que nos domine el miedo al olvido. y acaso sea tiempo de recordar el futuro en lugar de preocuparnos únicamente por el futuro de la memoria. "
Andreas Huyssen
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