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Mostrando entradas de abril, 2016

para decir adiós

Amado y más Me resulta tremenda, dolorosamente difícil, después de todo lo que tú bien sabes, de tantos años y recuerdos y rincones, decirte algo que, en fin, apenas logro a veces balbucear a solas, cuando la noche se hace confidente, pero de golpe la luz me ciega, amor, y regreso al silencio, que es mi mejor compañero de baile, por eso se me hace tan, cómo explicarte, los labios se me llenan de ceniza, como cuando has fumado demasiado y la garganta se te encoge, sé que tú me abrazarías, que me convencerías nuevamente de que todo es posible, hasta nosotros, ¿por dónde comenzar, entonces, esta carta que dicta mi temblor? Largo de aquí. No tuya, Ana por Andrés Neuman

Cuando las vacaciones se hayan terminado de una vez

Va a ser extraño darnos cuenta al fin de que esto no podía continuar para siempre, la voz confiada que nos repetía una y otra vez que nada iba a cambiar, y recordar, también, puesto que para entonces todo habrá terminado, lo que teníamos, la forma en que perdíamos el tiempo como si no quedara otra cosa que hacer, cuando, en un fogonazo, cambió el clima y el aire altivo se volvió de pronto insoportablemente denso, soplaba un viento mudo, y las ciudades parecían de ceniza, y saber, además, lo que no sospechábamos, que era algo parecido al verano más augusto, excepto que las noches eran más templadas, y que las nubes daban la impresión de brillar, y aun así, porque no habremos cambiado demasiado, preguntarnos qué habrá de ocurrir con las cosas, y quién va a quedar para hacer todo de nuevo, e intentar de algún modo, aunque aún no podamos, descubrir qué fue lo que salió tan mal, o la razón de que estemos muriéndonos. Mark Strand