Amado y más Me resulta tremenda, dolorosamente difícil, después de todo lo que tú bien sabes, de tantos años y recuerdos y rincones, decirte algo que, en fin, apenas logro a veces balbucear a solas, cuando la noche se hace confidente, pero de golpe la luz me ciega, amor, y regreso al silencio, que es mi mejor compañero de baile, por eso se me hace tan, cómo explicarte, los labios se me llenan de ceniza, como cuando has fumado demasiado y la garganta se te encoge, sé que tú me abrazarías, que me convencerías nuevamente de que todo es posible, hasta nosotros, ¿por dónde comenzar, entonces, esta carta que dicta mi temblor? Largo de aquí. No tuya, Ana por Andrés Neuman