Yo sé que estás leyendo este poema tarde, antes de irte de la oficina con el manchón amarillo brillante de la lámpara y la ventana cada vez más oscura en la calma de un edificio en silencio largamente pasada la hora pico. Yo sé que estás leyendo este poema de pie en una librería lejos del mar un día gris de principios de primavera, leves copos transportados por la vasta extensión de la llanura que te rodea. Yo sé que estás leyendo este poema en una habitación donde tuviste que soportar demasiado, donde las sábanas se enrollan estancadas encima de la cama y la valija abierta habla de vuelos pero vos todavía no podés partir. Yo sé que estás leyendo este poema mientras el subte pierde impulso y antes de subir las escaleras para encontrarte con un nuevo amor que tu vida no había permitido. Yo sé que estás leyendo estos poemas a la luz de la pantalla del televisor, donde las imágenes sin sonido se sacuden y se deslizan mientras vos esperás el noticiero sobre la intifada. ...