que el río no es de agua y no trae barcos ni maderos, sólo pequeñas algas crecidas en el pecho de hombres dormidos. Si supieras que ese río corre y que es como nosotros, o como todo lo que tarde o temprano tiene que hundirse en la tierra. Tú no sabes, pero yo alguna vez lo he visto hace parte de las cosas que cuando se están yendo parece que se quedan. Andrea Cote