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Mostrando entradas de octubre, 2015
Mi respuesta valiente es que salgamos los dos a la calle esta madrugada. Que nos encontremos en la puerta de tu casa y caminemos sin prisa por ese pasillo de paredes altas, escritas con crayones por chicos que van a jugar todas las siestas. Y vos no me preguntes qué me pasa y yo no te pregunte si volviste a escribir algo desde el último lunes. Y me invites a tomar cerveza en tu dormitorio y yo tome y vos tomes y nos apure un silencio incómodo a meternos en el cuerpo del otro y vos te sonrojes cuando diga que nunca he dejado de pensar en tus piernas. Y después de coger tanto y tan lindo nos quedemos un rato acostados en tu cama, fumando bajo las aspas del ventilador de techo, o leyéndonos poesía mientras nos seca el aire y nos prepara para cancelar esta felicidad precoz y un poco caníbal. Claudio Rojo Cesca

Homenaje

Plumetí, broderie, tafeta, falla, gro, sarga, piqué, paño lenci, casimir, fil a fil, brin, organza, organdí, voile, moletón, moleskin, piel de tiburón, cretona, bombasí, tobralco, terciopelo, soutache, cloqué, guipure, lanilla, raso, gasa, algodón mercerizado, bramante, linón, entredós, seda cruda, seda artificial, surah, poplin dos y dos, dril, loneta, batista, nasú, jersey, reps, lustrina, ñandutí. La Exposición. La San Miguel de Elías Romero. La Saida. Los turcos de la calle Cabildo. Los saldos. Canesú, rangland, manga japonesa, canotier, talle princesa, traje trotteur, pollera plissée, pollera tableada, pollera plato, pollera tubo, un tablón, una bocamanga, un pespunte, un añadido, una pinza, una presilla, un hilván, las hombreras, ribetear, enhebrar, una pestaña, vainilla, punto yerba, un festón. La sisa, la hechura. Recuerdo estas palabras de mi infancia, en tardes en que hacía los deberes y escuchaba hablar a mi madre y a mi tía que cosían en el cuarto contiguo. Reproduzco este...

Están construyendo un edificio

Desde las primeras horas de la mañana el ruido es ensordecedor, tiemblan los muebles, se sacude el polvo. Seis pisos en la mente de un arquitecto: madera, hierro, concreto. Golpe tras golpe en forma vertical se eleva por encima de la copa de los árboles. Refulgen contra el sol estival los cascos amarillos. Martillo en mano áspera y un idioma extraño que gana terreno sobre el humo y el polvo del esqueleto de hormigón. Los ruidos que escuchamos durante la noche nos pusieron de pie. El agua seguía intacta en el vaso de la mesa de luz. Pero no había luz, temblor ni movimiento bajo el espejo de agua mineral. Hurgando en tu basura, en el fondo de la casa, reptaba el joven poeta. No es venenoso, ya pasó. Tu mujer se inclina en la cama hacia el lado oscuro. Pasan las horas chicas y el taxista cabecea de sueño en un cruce de calles. Al amanecer, las huellas no me dejan mentir: zapatillas deportivas sobre el alquitrán. Cuándo van a terminar este maldito edificio q...