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Mostrando entradas de noviembre, 2015
ya no soy una mujer silenciada, puedo hacer lo que quiera ya no puedo echarle la culpa a un hombre al trabajo a la falta de tiempo o dinero ¿querés escribir? -me dije- vas a escribir, entonces, sin quejarte sin victimizarte y cuando puedas donde puedas es así que entre las 7.30 y las 9.0 de los domingos, antes de entrar a mi segundo trabajo me siento en el bar y lo hago: un ejercicio solitario y un poco clandestino por una hora y media mi cuerpo es una casa que arde el caleuche la casa de los locos las ventanas dan al infierno el patio, el corredor con geranios dan al infierno después me pongo el uniforme y la que fui por un rato me saluda por las ventanas el muñón, la cabeza ardida y soy otra y soy otra Elena Anníbali
Inconscientemente vamos por un camino, y concientemente nos ponemos a buscar otro camino, en vez de hacer conciente el camino por el que vamos.- Vicente Luy   Caricatura de un enfermo de amor , 1991
En el día que de golpe se nubla hay traición, no podés confiar en nada, te hacés un té y aunque no creés, pedís por un milagro a un santo desconocido que alguien te nombró en una cena de trabajo. El domingo viste a tu madre, hablaba en una lengua rara, movía los brazos y llorar era la única defensa personal permitida. Comer en familia puede ser un viaje hacia las formas más primarias. Aceptaste el plato, el reproche, el postre, el beso, te abrazaste a tu hermano como si fuera la última cantimplora en el desierto. Terminaste el día a oscuras en la falda tenías una revista dominical habías leído tu horóscopo, antes habías preguntado en voz muy baja si ibas a ser feliz o no. en Podría llevar cierto tiempo Clara Muschietti
Un mínimo de luz una suave partícula necesaria se coló entre las hojas frescas de los tilos. Esparció la sombra de los cuerpos sobre la tierra, blanqueó  el pasado y las ojeras. Un mínimo de luz extendió las bocas en calma: un cruce que dio sentido al gesto diminuto. Matilde Méndez