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Mostrando entradas de enero, 2018
A veces quizás cuando no encuentro palabras para decidir mi sombra o cuando la ausencia es más dulce que mis propios recuerdos, a veces te imagino de silencio, como aquella lejana amistad entre los viejos y los pájaros. A lo mejor porque una vez te llevaste un poema con tu nombre, o porque tu cuerpo le puso límites al día; o porque la lluvia te heredaba la sonrisa. O tal vez porque el tiempo es más evidente que el regreso. Por eso vos sabés cuando viene la soledad tirando a muerte la mañana, como termina un sueño enamorado, donde el olvido es más difícil que el poeta. Porque vos sabés que la soledad aparece así de golpe, que en un momento te borra del espejo y te amontona en los rincones del fracaso. Porque vos tenés memoria y la entendés. Julio Cesar Campopiano
Fuiste una selva de amor un tiempo, lanzada al amor. Con tus manos habría construido tantas piedras, para habitarlas con mi silencio. ¿Por qué corrías tan alto? ¿Por qué huías? Habría mendigado tu amor, me habría aferrado a tus manos. Habrías podido matarme, habrías podido herirme, habrías podido dejarme en el suelo, así como la Magdalena que pide perdón porque su amor la devasta. Alda Merini