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A veces
quizás cuando no encuentro palabras
para decidir mi sombra
o cuando la ausencia es más dulce
que mis propios recuerdos,
a veces te imagino de silencio,
como aquella lejana amistad
entre los viejos y los pájaros.
A lo mejor porque una vez
te llevaste un poema con tu nombre,
o porque tu cuerpo le puso límites al día;
o porque la lluvia te heredaba la sonrisa.
O tal vez
porque el tiempo es más evidente
que el regreso.
Por eso vos sabés
cuando viene la soledad tirando a muerte
la mañana,
como termina un sueño enamorado,
donde el olvido es más difícil que el poeta.
Porque vos sabés
que la soledad aparece así de golpe,
que en un momento te borra del espejo
y te amontona en los rincones del fracaso.
Porque vos tenés memoria y la entendés.


Julio Cesar Campopiano

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