Me desperté algo aturdido y de igual manera me dirigí al baño. Afuera, el cielo comenzaba a aclarar. Despacio las sombras de la habitación daban paso a las vetas rojizas del sol que se filtraban por la ventana. La oscuridad se alejaba y el día despertaba al hemisferio dormido. Los minutos transcurrieron calmos mientras la luz se desparramaba por los campos de trigo. Pude escuchar uno o dos camiones que pasaban camino al pueblo. El reloj marcaba las seis y media.
Esta canción me da unas ganas de llorar increíbles, hace tres días más o menos que la escucho sin parar y me emociona mucho cada vez. Pienso en mi vida que no va para ningún lado, o así lo siento. En que el otro día fui a cenar con unos conocidos -going-on- amigos y que hablando con uno de ellos me dijo que qué hacía perdiendo el tiempo en la carrera de mierda que curso. Pero no me enojé, porque es imposible enojarse con él, y porque yo también pienso un poco eso. No sé si es una carrera de mierda, pero tal vez para mí sí lo es, que no me veo vendiéndole a la gente cosas que (a mi entender) no necesita, que no es eso lo que quiero para mi vida, el verso ese del postgrado el master el doctorado el postdoctorado el postpostpostdoctorado y en fin. Que me angustio y no me dan ganas de nada. Que tengo todos los horarios corridos y duermo hasta las dos de la tarde casi todos los días. Que pienso que ahí, allá, afuera, no hay nada para mí. Que es todo un poco lo mismo, quedarse o salir. ...
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