No, no digas nada, ya lo sé, lo supe desde siempre, ya no estabas con él pero vi que lo mirabas con esa sonrisa que tus labios rosados no me dedicaron jamás, y aunque entonces preferí creer que era una simple ilusión óptica, también sabía que debía actuar como vos, que si siquiera te temblaban los labios las noches en que salías para ver a alguien que jamás habrá sabido apreciar tus sonrisas ni las caricias de tus manos delicadas, pero eso nunca lo entendiste, nunca quisiste entenderlo, y yo tampoco terminé de entenderte, y si no te lo dije antes no fue por miedo a lo que pudiera pasar entre nosotros, sino porque nunca me gustó estar solo, y entonces por qué precipitar el devenir de un destino que, tarde o temprano, nos alcanza a todos, así que al fin dejé a tu criterio la elección del momento, de este momento, en un moderno restaurant de Puerto Madero, en esta noche cálida de enero, en que vos, como siempre, estás hermosa, vestida de blanco, como el día de nuestro casamiento, y con el pelo suelto como me gusta, aunque quizás ahora que pedimos un syrah muy recomendado por el maître, te proponga que brindemos por nosotros, por lo bien que estamos, por el viaje que, con motivo de nuestro décimo aniversario, vamos a hacer al Caribe, o a cualquier otro lugar, podés elegir el que más te guste, no importa cuál pero no te vayas con él, por favor, no me dejes solo, no, no te vayas, no.
toda la semana luchando por levantarme temprano y finalmente el domingo (otrora día predilecto de la fiaca y el descanso) me levanto sin despertador a las 07:30 am. no voy a luchar con este signo de la adultez, lo acepto como las primeras líneas de expresión que comienzan a marcar un surco en mi frente (aún me resisto al botox aunque me hice amiga del retinol). hay algo muy bello en el silencio de las mañanas de domingo, en el sol tibio de mayo y la suavidad de esta brisa otoñal. dentro de poco, se cumplirá un año desde que me despedí de Silvestre. todavía no sé si me acostumbro a su ausencia, y a veces pienso que no lo pienso lo suficiente (nigún duelo es lineal). ¿me recordarán aunque no esté muerta? ¿y cuando ya no esté de verdad? ayer inició el ciclo de despedidas de una amiga que se muda de país para estar cerca del hombre que ama. yo también imaginé un futuro así, aunque no prosperó (ya casi no recuerdo ese momento, pero sucedió). no puedo imaginar el vértigo que implicaría ...
Comentarios