mañana de sol y el negro arrancó:
los discos y algo en un balde verde para tomar
y fue entonces gritar
los besos secretos, bailar las toallas, el baño y llorar
todos bien lejos de casa
no te duermas, ¿es muy tarde?
si no ha pasado tanto tiempo ¿o sí, mi amor?
¿quién más estaba? ¿quien vio
todos nuestros ojos brillar?
esa tarde de noviembre
ya el negro murió y se llevó con él
las llaves, las puertas, de adonde nunca pudimos volver
-pequeña orquesta reincidentes-
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