Ya no sé qué hacer. I mean, qué se hace con un flaco de veinticinco que actúa como si tuviera once y nunca se sabe bien qué le pasa? Si alguien sabe, se aceptan sugerencias porque ya estoy cansada de todo esto (oh, Dios, acaba de conectarse y eso que ya casi son las doce!! Y lo peor es que no sirve de nada -o más bien para verificar que no le intereso o es un pelotudo- porque seguro no va a hablarme, como siempre soy yo la que toma la iniciativa). Estoy harta de sentirme una pelotuda. Estoy harta de sentirme sola, de ser un cero a la izquierda (dale, forrooo, hablame). Soy una idiota (ya está, se desconectó de nuevo). La puta madre que lo parió.
te acordás cuando escribías en un blog y volcabas todas tus fantasías y desilusiones de adolescente tardía? la vida entonces era una superficie tersa aunque la percibías rugosa, había menos preocupaciones pero su magnitud era enorme, por momentos registrabas que las cosas que te dolían eran insignificantes y eso te dolía aún más. no sé si la adolescente que eras se reconocería en la joven adulta tardía que sos hoy, si le daría cringe, si tendría cosas para reprocharte. quizás sí, yo miro con compasión a esa que fui, y espero que la compasión me acompañe más adelante. hoy fue uno de esos días en que una cosa llevo a la otra y terminé intentando recordar nombres de personas que en otro momento de mi vida estuvieron muy presentes, aunque no fueran cercanas, y eso me hizo desempolvar imágenes, rastrear trayectorias lejanas, atar cabos, hacerme preguntas: ¿todas las personas convivimos con el mismo grado de incertidumbre aunque las cosas en un cv (aka linkedin) pare...
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