Eso, yo estudio economía, leo sobre la teoría del valor y la ley de la oferta y la demanda y me acuerdo de pzk que siempre dice que como regla general en las relaciones hay que mostrarse indiferente y no demandar y bla bla. Cosas que en teoría deben funcionar más o menos, pero que a mí, en líneas generales, no me caben demasiado. O sea, qué sé yo, por ahí es divertido jugar con el histeriqueo un toque, pero después, come on... no sé, no es mi onda (?) - probablemente piensen "ah, esta pelotuda dice esto y seguro que después hace otra cosa", pero no, no digo que no lo haya hecho nunca, sino que es algo que no me resulta copado. De hecho, si no fuera tan tímida-insegura-cobarde como de hecho soy, diría las cosas de frente (me molesta no verte y decirte lo que es no tenerte tan cerca). Pero a veces parece que estuviera bastante instalado esto del histeriqueo como algo positivo, que vuelve a la gente más interesante...y no, flaco, no me resultás más interesante por eso, interesante es ser simpático, amable, tener charme, no dártela de banana-guachopija-ganador o símil.
Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.
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