Lo que más me molesta de la época navideña (aparte de todas las publicidades en rojo, verde y dorado, y de la felicidad obligatoria de las reuniones familiares) es que mi madre se vuelve INSOPORTABLE. Hasta el día de hoy no termino de entender qué la altera tanto, pero cada Nochebuena es terrible. Yo les juro que si mi casa fuera un reality show o una comedia de stand up, nos llenaríamos de plata, posta. En este mismo momento, se está quejando de la ubicación de la mesa, de que no encuentra el pan, de que no quiere a nadie vestido de negro (?), de la ubicación del árbol, del desorden que impera en nuestro hogar todo el año pero ahora todo-tiene-que-estar-impecable, bla bla bla. Lo que se dice a pain in the ass.
Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.
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