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El vaivén

Hoy ida y vuelta con vos (solos los dos). Y todos sabemos que me ilusiono fácil. Uno se enamora de las cosas más pequeñas (la sonrisa, el tono de voz, una mirada). No me gusta esto, no me gusta esta ansiedad, porque la propiaexperiencia dice que no me lleva a ningún lado; y sin embargo, hay momentos en que no lo puedo evitar.
La misma duda, y yo no sé esperar.

Comentarios

. ha dicho que…
perdón por el anterior comentario zarpado, me dio un ataque de inconformismo lisérgico.
Me gusta el color blanco y el diseño minimalista de tu blog. Y sobre este post en cuestión, parece que no podemos controlar en modo alguno nuestros sentimientos, por más que lo deseemos o que nos convenzamos de que nos perjudican. Es una verdad dura de aceptar.
Saludos, que tengas buen día.
Daniel Shields ha dicho que…
Desde chicos nos enseñan que los que se quedan callados y reprimen todo terminan siendo mediocres. Cómo vamos a ser capaces de guardarnos ciertas cosas si indirectamente nos viven diciendo que está mal. El problema no se si es el hecho de si o de si no. Sino el cómo.

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Estanque

Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe

¿Que tiene que tener un poema para que te guste?

Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.