Pensé en decir(te) muchas cosas...pero de todas las cosas que pensé ninguna era la correcta, porque cómo se le dice a alguien que no? En todo caso, prefiero decirte (decirme) que no hay de qué preocuparse, que todos vamos a tener un lugar donde descansar, un hombro sobre el cual apoyarse y relajar, y dejar ir (al fin) todo eso que molesta, que duele, que perturba. Esa sensación de náusea constante que atormenta por las mañanas, la falta de aire, latir, sudar. Me gustaría decirte (decirme) que cada uno va a encontrar lo que busca, y de alguna manera devolverte (devolverme) el futuro que no te (me) di. El camino más difícil es de la mente al corazón, me lo dijo una chica (lo escuchó de un señor). En un libro de historia leí: "A veces, la conciencia revolucionaria suele tener un aire desesperado", y quizás el error es pensar en una revolución cuando deberíamos buscar una evolución, porque las revoluciones tienen más de conservadoras que lo que pensamos y porque las cosas necesitan tiempo. Como dice Fitzpatrick: "Terminar en desilusión y decepción está en la naturaleza de las revoluciones. El velo decrece; el entusiasmo se vuelve forzado. El momento de locura y euforia pasa". Paciencia (la ciencia de la paz, la paz en la ciencia). Mirar(te) a los ojos y entender: hay cosas que las palabras no pueden decir. Alguna vez también leí que la verdadera comunicación, la que se produce entre dos almas, es en silencio. Poder ver(te) y sentir lo que busco sentir, lo que quiero vivir. Dejar de tener miedo por todo (miedo a la muerte, miedo a seguir), porque, en realidad, escribimos historias sin saber el final. Ser conciente de que soy yo sola, nadie más. Acá y ahora, la protagonista de mi propia vida. Mirar lo que refleja el espejo. No soy ningún personaje secundario, menos que menos el escenario de fondo (aunque a veces me sienta así). Comprender que no necesitamos mendigar cariño cuando nuestra propia naturaleza es el amor (porque no hay que olvidar que no hay forma de vivir sin amar). Quiero alguien que me acompañe, para crecer juntos (creo en podernos elevar), pero yo, yo puedo conmigo y con mi mundo.
Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe
Comentarios
Hay una canción que dice, a veces quisiera ser mas como vos, para no extrañarte, como te extraño.
Este texto me suena a eso, pero sin un destinatario a la vista