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Son otras cosas las que pasan. Cosas que ni vislumbramos. Deseos intangibles y muchos sueños más. Decirte una verdad y una mentira y que pienses que mis mentiras son verdades y mis verdadesmentiras. Llorar por lo que soy y por lo que no soy, por lo que es y lo que. Imaginar que en algún momento todo va a encajar. Las palabras siempre pesan, el asunto es dónde pesan más, adentroafuera. El tiempo se va y no vuelve, y se va tan rápido que no llegué a.

Comentarios

Federic ha dicho que…
una ola de incertidumbre me dejaron estas letras. Pero la ola vuelve siempre a la orilla.
no se si fue la mejor definision.

un saludo
Sabados que hacen llorar ha dicho que…
"Y el tiempo lo codicia todo. El tiempo devora y devora, y no devuelve nada"

Me gustó.
Campeón ha dicho que…
que cierto que todo es ficción, a veces pienso que me aburrí de escribir mi propia vida
Al nivel del suelo ha dicho que…
Es un toma y da, un viene y va, pero lo cierto es que cuando has epnsado que decir todo se ha esfumado.
Muy bueno. ¡Saludos!
bárbara ha dicho que…
me gusta.

el diseño lo encontre queriendo innovar, en una de esas páginas para boggers que tienen algo lindo cada diez feo
Amelia Apel ha dicho que…
¿yo escribi esto? pensé cuando lo leí. seguramente, de alguna manera tácita. fue raro leerte. y me gustó
Jazmin ha dicho que…
Te encontré por tu selección de música, tenemos gustos muy parecidos.
Saludos!
elpibito ha dicho que…
El otro dia fui a ver si conseguia el libritu, y no lo encontre ;(
Me gusto el final de la entrada..
¿Lesbiana? ha dicho que…
A veces las cosas más intensas no se pueden vislumbrar.

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Estanque

Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe

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