Nunca fue más cierto eso del teamoteodio. Nunca fue tan irreal, tan surreal todo lo que (no) sucedió. Jamás sentí tan intensa la pulsión de muerte como en cada nueva charla con vos. El día que me hablaste de ella (la otra, la que querés, esa que no soy) algo en mí se quebró. Me acuerdo de llorar sin consuelo en la cama, en el baño, en el balcón, y de preguntarme (con lo melodramática que soy) si las lágrimas iban a parar algún día. Al final, sí, se detuvieron, pero en algún lugar, adentro, escondido (o no tanto), el llanto sigue. Ya no eras vos el del problema, era yo: no se trataba de un desinterés general de tu parte, era a mí a la que no elegías, y ahora había alguien a la que sí querías dedicarle tus días, tu atención, tu cariño. Lo que más dolía no era sólo el amor no correspondido, sino lo desmerecido de mi amor. Hoy lo que más duele es que ya no haya nada de qué hablar, que las charlas de horas hayan mutado en monosílabos y silencios incómodos, que ni siquiera te interese preguntar cómo estoy, saber que la música de los últimos meses quizás nunca tenga el mismo significado ni la pueda escuchar de la misma manera, ser conciente de que dejarte ir (si eso es posible) es ganar, pero también es perder.
toda la semana luchando por levantarme temprano y finalmente el domingo (otrora día predilecto de la fiaca y el descanso) me levanto sin despertador a las 07:30 am. no voy a luchar con este signo de la adultez, lo acepto como las primeras líneas de expresión que comienzan a marcar un surco en mi frente (aún me resisto al botox aunque me hice amiga del retinol). hay algo muy bello en el silencio de las mañanas de domingo, en el sol tibio de mayo y la suavidad de esta brisa otoñal. dentro de poco, se cumplirá un año desde que me despedí de Silvestre. todavía no sé si me acostumbro a su ausencia, y a veces pienso que no lo pienso lo suficiente (nigún duelo es lineal). ¿me recordarán aunque no esté muerta? ¿y cuando ya no esté de verdad? ayer inició el ciclo de despedidas de una amiga que se muda de país para estar cerca del hombre que ama. yo también imaginé un futuro así, aunque no prosperó (ya casi no recuerdo ese momento, pero sucedió). no puedo imaginar el vértigo que implicaría ...
Comentarios
Hace rato que salí del poso, estoy irreconocible
¿que tal las vacaciones?