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Balaclava

Llego. Me espera con pizza casera. Siempre tan atento. El nuevo departamento es lindo. Después de la cena, un poco de música. Yo bajo las luces. Él ya se había encargado de prender una vela aromática. Algo de rosas, creo. Huele bien. Un beso. Dos besos. Sigue por el cuello. Mi punto débil. Cogeme. Así nomás. Así, sin más. Cogeme. Y lo hace. Tal vez no congeniemos en muchos aspectos, pero en esto diría que nos entendemos a la perfección. Bajo la manta los dos cuerpos desnudos y él dice que tiene una sorpresa, que revise en el cajón de la mesa de luz. Busco. Encuentro: chocolate con almendras. Como dije, siempre tan atento. Gracias, le alcanzo un cuadradito. Él me mira y sonríe. Uno junto al otro, hacía mucho que no. 
- Te extrañé. 
Sonrío. Hablamos. El trabajo, el estudio, la vida. En fin. Hasta que.
- Es contraproducente esto?
- Qué cosa, el chocolate?
- No, esto, en general digo.
- No sé. Yo te quiero. Siempre. Sabés que yo pasaría con vos mi vida entera.
Silencio.
- Pero mejor no sigamos hablando de esto, porque vos no sentís lo mismo.
Nuevoviejo silencio. Una lágrima. Lo abrazo. Al oído le digo:
- No es que no sienta nada por vos, es que pienso que ya no va a funcionar.
Se queda, nos quedamos, así, un rato. Algo cercano a una sensación de protección, refugio. No sé quién necesitaba más ese abrazo, si él o yo. Suena su celular. Nos separamos. Nada importante, parece. Otra conversación trivial, hay que distender de alguna manera. Y después.
- No puedo no preguntarte...por qué pensás que no va a funcionar? 
- No sé, porque ya no, ya lo vivimos, ya pasó.
- Pero ahora es distinto. Yo estoy distinto, me siento diferente. Cambié.
- Sí, lo sé - pienso que quizás la que no cambió fui yo, o sí, no me queda claro - pero no es eso. Es otra cosa. Creciste, y deberías estar orgulloso de eso. Mirate ahora, todo un hombre autosuficiente en su nuevo departamento de soltero.
- Sí
Sonríe, sonrío, le acaricio el pelo.
- No es eso, es otra cosa.
- Ya sé. 
  Bueno, no hablemos de esto porque no puedo evitar querer convencerte, y no me gusta, no quiero ser así.
Sigo el contorno de sus cejas con el índice, y él cierra los ojos. A veces pienso que me estoy perdiendo de algo, que es probable que no encuentre nadie tan bueno como él. Claro que el amor de pura bondad no se hace. 
Es tarde. Debería irme. Me quejo, no tengo ganas de levantarme, vestirme, salir de nuevo. Él dice que me quede. No, no puedo.
- Vas a volver, no?
No tengo respuesta a esa pregunta. Se lo digo. Y él repite "te quiero conmigo". Le doy un abrazo, lo beso en la frente. No quiero que llores más. No puedo decir otra cosa, pienso que un te quiero en esta situación sería muy confuso. Bajamos. Me acompaña hasta la parada del colectivo y nos despedimos. La calle está fría, como siempre, otra vez.

Comentarios

Guillermo Altayrac ha dicho que…
Uuuhhh... Me pone un poco triste esto.

Y un poco crítico. Pero bueno, libriana, los virginianos somos así. Y este que te escribe es un ejemplar bastante dulce de virginiano, así que todo lo que leas, leelo con tono de buena onda.

¿Te reprimís de decir un «te quiero» por miedo a que sea confuso cuando antes pediste un «cogeme», que de hecho se consumó? Mmmhh, todo es medio confuso.

Y triste, y lindo. Porque seguramente es lindo, y porque es lindo como lo escribís vos. Sobre el abrazo que no sabés quién necesita más, por ejemlo.

«Claro que el amor de pura bondad no se hace.» ¿De qué se hace el amor? Seguro que de pura bondad no, estamos de acuerdo. Si no, yo me hubiese acostado con la Madre Teresa de Calcuta. Pero... pura bondad, buen sexo... Sé que me estoy metiendo demasiado, jajaja, además de exhibicionista soy muy curioso. Seguramente pasaron muchas cosas en la tanda anterior de la relación...

Y si me meto es porque me siento identificado, Caro. No tuve nada así con sexo, pero sí cosas parecidas.

«La calle esta fría, como siempre, otra vez.» Lindo y triste otra vez.

No estás obligada, claro, a contestar esta invasión mía a tu intimidad.
¡Pero sí a contestar cuándo te veremos sobre un escenario!

¡Abrazo virtual!
Guillermo Altayrac ha dicho que…
c.: Ese día, continuó conmigo volviendo del estupor en que me encontraba, pegando media vuelta y siguiendo con mi camino.
No le dí la hora... Jajaja...
Pero la semana que viene cuento posterior encuentro, con el mismo exhibicionista, hace un mes aproximadamente. Doce años después del suceso relatado en este post.

Contame un poco sobre la obra de la que estás haciendo asistencia. Por acá o por otro medio. Cómo prefieras.

Un beso, c.

P.D.: ¿Me creías más joven? Otra que me trata de viejo... Supongo que sos consciente de que esto me obliga a preguntarte la edad. Respondela por acá o en privado, a mí mail, por ejemplo. Es una orden...
A. ha dicho que…
c. me encantó, me encantó!! muy sincero, simple, real. quiero muchos más de estos textos, me quedé con muchas ganas de seguir leyendo.
Saludos!!
Yo ha dicho que…
pucha. Miles de imágenes se me vinieron a la cabeza...
encantada de toparme con su blog. Encantada.
c. ha dicho que…
gracias por los comentarios y elogios, es un placer tenerlos como lectores :)
Daniel Shields ha dicho que…
Me hizo recordar a Hotel Chevalier.
Genial.
Vè. ha dicho que…
si!, el chocolate también puede ser maravillosamente contraproducente...

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Estanque

Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe

¿Que tiene que tener un poema para que te guste?

Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.

el mejor cover de tu vida