Es como si tuviera la foto del viaje que quiero hacer, y en la foto abrazo a alguien, pero la cara del flaco es siempre absolutamente intercambiable, y de hecho cambia, y cambia y cambia y más de uno se merece la mochila en la espalda durante un tiempo, pero ninguno se quedó ahí, ninguno se queda y ahí me doy cuenta de que la foto no existe o tal vez sí, tal vez sí exista, pero es clarísimo, patente, que estoy sola y que no hay nadie al lado mío... Me canso, me canso tanto de mí.
Romina Paula
Comentarios
:)
saludos!