Hay ciertas ocasiones en que la vida te sonríe, o vos le sonreís a la vida. Aunque a la mañana le hayas pifiado al cálculo intuitivo y la mina del colectivo bajó en la terminal con vos, pero bueno. Por momentos, podés llegar a ver tu vida pasando como fragmentos, y te gusta. Hay arte en la vida, existe belleza en la vida de cada quien, pero no todos lo ven, no todos lo perciben, supongo. Te animás a amigarte con lo impredecible y no tenerle miedo a lo desconocido, lo nuevo, y entonces sonreís cuando entra un grupo de hip hop y folklore al tren, porque es lindo el factor sorpresa, porque Buenos Aires -es verdad- puede enamorar, y es fascinante la combinación de tren más música, el cielo de tonalidades naranjas y el sol que cae sobre la ciudad.
Ojalá la primavera traiga muchas más tardes así...
Ojalá la primavera traiga muchas más tardes así...
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