- Siempre me siento rara porque nunca puedo seguir adelante así como así. La gente sólo tiene un romance, o incluso relaciones completas y luego rompen y olvidan. Siguen adelante como si hubieran cambiado la marca del cereal. Yo siento que nunca pude olvidar a nadie con quien he estado, porque cada persona tenía sus propías características. Uno nunca puede reemplazar a alguien. Lo que se perdió, se perdió. Cuando cada relación termina, me hiere mucho. Nunca me recupero del todo. Por eso soy muy cuidadosa al involucrarme...porque duele demasiado. Incluso acostarse con alguien...en realidad no hago eso...porque sé que voy a extrañar las cosas más mundanas de esa persona. Es como si estuviera obsesionada con las pequeñas cosas. Tal vez estoy loca, pero...cuando era una niña, mi mamá me contó que siempre llegaba tarde a la escuela. Un día me siguió para ver por qué era...yo estaba mirando las castañas caer de los árboles y rodar por la acera, u hormigas cruzando la calle...el modo en que una hoja proyecta una sombra sobre el tronco de un árbol...pequeñas cosas. Creo que es lo mismo con las personas. Veo en ellos pequeños detalles, tan específicos de cada uno de ellos que me conmueven, y que extraño...y que siempre voy a extrañar. Uno nunca puede reemplazar a alguien, porque cada uno está hecho de tantos detalles bellos y específicos.
Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe
Comentarios
Te dejo un beso, espero que estes bien
Nico