- Por momentos siento que me querés conservar desde el terror.
- ¿Qué significa eso?
- Eso. Como si me maltrataras para que no pueda irme.
- No entiendo.
- Claro, si me quisieras libre te daría miedo que me fuera, entonces me infundás miedos para que no pueda hacer otra cosa que quedarme, porque soy débil. Y tengo miedo. Pero eso no es amar.
- Todavía no entiendo lo que decís pero ya sé que no me gusta.
- Casi todo el tiempo me devolvés una imagen tan mala de mí misma que a mí no me queda otra opción que querer revertirla, demostrarte que en realidad soy mejor que eso que estás viendo, y de ese modo me retenés. Esa falta de algo, ese constante estar en falta, hace que me quede, pero en estado de pánico. Y además, la otra triquiñuela es que, al estar ocupada en querer satisfacerte, cosa que nunca, claro, voy a conseguir, porque de eso se trata, no puedo darme cuenta de qué es lo que deseo yo, a quién. O qué. A eso me refiero con que me retenés por medio del terror. Porque en ese devolverme insoportable al mismo tiempo instalás la sensación de que ninguna otra persona podría verme distinto y que tengo que estar agradecida de que todavía estés dispuesto a soportarme.
- Estás loca.
- ¿Ves? No, no estoy loca.
rominapaula
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