el eclipse de luna llena en libra anuncia el fin o al culminación de algo, una relación, un vínculo: el velo cae y lo que estaba oculto se hace nítido. al menos eso leo en la página de astrología que visito.
quisiera andar liviana y reírme pero las piernas me pesan, acaso el resultado de un fin de semana largo plagado de harinas entre paella y empanadas de vigilia. me veo en el espejo: esta vejez inminente, empieza así, casi sin darte cuenta y de pronto todo comienza a desmoronarse.
qué nostalgia este casi domingo. es la brisa suave del otoño y este tinte azulañil que toma el cielo. cómo estará el cielo en el campo, cómo el viento allá y el aire. vos cómo estarás. pensaste en mí? yo pensé en vos, sí.
encontré el cd que me habías regalado cuando era febrero y el verano todavía cándido, te acordás del atardecer sobre el río? en la terraza que daba al puerto, fue lindo. en el colectivo de vuelta me entregaste el presente, con una nota que decía "no hace falta que seas un puercoespín, ya sos lo mejor", entonces hubiera querido pronunciar palabras de amor que contuve, porque el romance incipiente no ameritaba, supuse. ahora pienso que quizás debería haberte dicho todo lo que sentía al unísono, al compás de mi sentir.
[f de fe de felicidad de fierro de foráneo]
[f de fe de felicidad de fierro de foráneo]
ayer: velada discreta de jazz cubano en bar de palermo, el clima se prestaba. pero
volví a casa sola, como tantas otras veces, tomé el 141, bajé en acoyte y rivadavia y seguí en taxi. todos los rituales de antes: sacarse el maquillaje, lavarse la cara, entrar en la cama, el silencio de la madrugada, apagar la luz del velador.
ese es mi problema: se me da más fácil la tristeza que la felicidad.
llevo un aspecto descuidado y ojeras a pesar de haber dormido a gusto y piacere estas últimas semanas. la ambulatoria pasó y la herida va cicatrizando, queda una costra que no rasco para no lastimar(me).
leo juventud, me siento identificada con el joven que quiere ser poeta pero pasa sus días en la oficina de IBM. pienso que algo tiene que cambiar.
cae la tarde, papá compra rosca de pascua a pedido de mi madre: algunas tradiciones me conmueven. mate lavado en mano me siento y escribo. guardo esperanzas: todavía queda sábado por delante.
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