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el amor es
una lluvia de diamantes
en la mente
la fruta del alma
partida en dos
una primavera oscura
abriéndose en los labios de la luz
aguas subterráneas
libradas de su guarida
para brillar a través de una grieta
hecha por el sol
un templo
no de piedra sino de nube
más allá del ruido del corazón
y de toda violencia
lejos del aplastante dominio
de la velocidad
entre la arena del tiempo
permanencia azul
un pequeño paso
a la buena vida
el pan en la boca otra vez.

May Swenson

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