Hay cuatro cuadras de distancia hasta vos
y yo voy trazándolas con mis pies en la vereda
dibujando pseudo caminos
por donde llegar de forma más rápida
en caso de que me arrepienta
una lumbre milimétrica se clavará en mi descuido
como un desierto de agua, gigante y violeta
para sanar con su sal
dicen, los dolores del cuerpo, los huesos
el incierto arduo
en la desolación de la tardecita
al menos hay diez formas distintas de volver desde ahí
la decisión es espontánea
siempre cae sobre nuestros pasos
apago los márgenes para no tener más límites
rozo el rojo y roto, resquebrajante sonido de tu voz
como si fuera un arpa dulce
cada casa es como una almena
cada prisma que corona nuestros muros para resguardar
el camino
los reyes hambrientos de nuestros yo
buscan el escape en una alcantarilla
chiquita, desapercibida
el viento sacude los matorrales calmos de la ribera
todas nuestras pieles aturdidas
bruscas, sin entender.
Ana Claudia Díaz
- de "Una cartografía de la insolación", 2015
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