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Todes nos haremos traficantes de armas.
Todes terminaremos nuestros días
con una pierna menos, con la fiebre alta
del fastidio, del desamor.
Alguna vez creí en la poesía.
Era pura ilusión como cuando Cristo fue tentado:
"todo eso podrás tener, todo lo que desees”.
L’artista en la arista escarpada, puño cerrado, arenga:
“El pueblo tiene el poder”. El poder de cambiar cosas.
Yo creí en eso. Creo en eso. Yo era ese creer.
Ahora no veo nada en claro salvo el total vacío.
¿Miento? Digo la verdad.
¿Verdad? Miento.
Mato ese lado iluso. Intento el crimen perfecto
y no me sale. He estado mucho tiempo aquí,
y ahora no quiero morir. Alguna vez quise.
Dos veces en particular lo quise.
Yo soy eso otro que se te escapa, cada fucking día.
Yo soy lo que te apela y contradice. Yo soy lo otro,
lo inabarcable. Lo indecible.
Soy en mi lo que soy en vos
que sos eso que no podés ni siquiera nombrar.
También soy la mentira, el fuego, el deseo,
los elementos esparcidos por todos lados.
Gabby De Cicco

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