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no había visto antes
ningún pájaro de vuelo terminado para entenderlo
¿cómo lo supe?
quieto más quieto echado de espaldas como ningún animal
así nomás para nada un pájaro no se queda inmóvil
ni apoya su espalda en la tierra
¿tienen espalda los pájaros?
las cucarachas sólo están de espaldas cuando les quedan pocos
recursos para vivir
antes mucho antes tuve delante de mí esta visión:
le arrojábamos piedras desde lejos
en esas circunstancias cualquier movimiento
un rumor darían cuenta advertirían
que la muerte continúa su trabajo
interminable sol poniente en una fotografía
¿qué quiere saber de la muerte del pájaro?
así mi padre se posaba cada día en el mundo
encogido de espaldas de costado
no está muerto decíamos para los adentros cada vez
cuando en la piel el escozor se anunciaba
¿que cómo lo sé?
así lo sabíamos
lo sé porque cada tarde capturada la respiración por su imagen quieta
temiendo que lo peor sucediera a su alma cada tarde
cruzábamos la distancia que nos separa de su boca
y nuevamente -alivio impropio- su flaco aliento
a mi paso un pequeño pájaro echado
de espaldas en el suelo con las patas encogidas
abre una grieta entre pecho y cielo
no dudé cuando lo vi sé que estaba muerto
¿cómo lo supe?
la postura del pájaro la postura de mi padre
hermanadas caminan ante mis ojos que extraviados
en los asuntos de la muerte comienzan a despuntar la vieja tonadilla:
sólo los hombres permanecen inmóviles innumerables días con sus noches
y quieren vivir

María Mascheroni
de "El cansancio de los hijos", 2011

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