Ir al contenido principal

Efecto de la lluvia

Una novia y un novio en un sulky
bajo la lluvia, tomados de la mano pero sin
mirarse, esperando que pare de llover, avergonzados
por la lluvia, el efecto de la lluvia en el velo
nupcial, el caballo mojado con la crin sobre los ojos,
la lluvia fría como el mar, el mar profundo como el amor,
goterones de lluvia que caen sobre el asiento de cuero,
rocío de lluvia sobre la rosa prendida a la solapa
del novio, el ruido de la lluvia
que golpea la galera del conductor, la lluvia
que brilla como el satén sobre la calle negra,
en las punteras de los zapatos de charol, el padre
de Hokusai que se ganaba la vida puliendo espejos, el padre
de Hokusai que escrutaba el cielo en busca de nubes, el hijo del padre
de Hokusai que dibujaba lluvia sobre un puente y sobre la gente que cruzaba
el puente, el hijo del padre de Hokusai que se pasaba horas
dibujando la lluvia, el padre de Hokusai frotando un espejo, la lluvia
fría como el mar, el mar frío como el amor, el mar que crece
y forma una ola gigante, blanco en la punta de la ola.

Mary Ruefle

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estanque

Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe

¿Que tiene que tener un poema para que te guste?

Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.