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Mostrando entradas de agosto, 2021

Último poema

La mañana del día en que morís, cierro los ojos y trato de rezar en lugar de dormir. Pero mi cuerpo flota lentamente, como seguro el tuyo por la medicación. Voy a parar al mar y vos estás conmigo. El agua nos arrastra por ahí, muy lejos y nos lleva hasta la costa, la arena una sorpresa apenas tibia. Si todo fuera un sueño, podríamos pescar en este agua salada, y mirar para arriba y sólo ver los pájaros de blanco, después el cielo azul, luego otra vez los pájaros. Veríamos la luna inofensiva, una aguaviva que, como la muerte, ya no pica. Hasta acá llega el sueño. Hasta acá el rezo. La sombra ya se acerca, poco a poco, el filo que no deja nada sin cortar. Se te escurre la mano de la mía. Tu único ojo abierto, que antes no paraba de mirar, ahora empieza a cerrarse. “Despertate”, me gustaría decirte. “¿Para qué tanto apuro?”. Pospongamos el viaje. Que otra gente se lleve el camión de la mudanza, los pasajes, el vaso que te roza ahora los labios. Yo n...

Kyrie eléison

Era del sur, donde los abismos sonaban a platería, que venía aquella serpiente encendida sobre el monte. Pero más al sur, el de las cuestas ásperas y amarillas; lejos, más lejos -campos de lava o de yodo, plumas desprendidas de un sueño inhabitable de tan vasto y pleno de ozono-, la vida se parecía a lo que habías dicho, a la promesa de un infinito en el que las formas no tenían intimidad con nosotros. ¿Qué sustancia era esa, qué sustancia, que te negabas a nombrarla y que en verdad no hubieses podido nombrar, porque tu reino era aquél, el de la absoluta falta de nombre? Fuimos contra Midgardsormr, la serpiente, y sabíamos que la prueba mayor de nuestras armas sería hollar el lugar donde, previste, fallaría tu cálculo. Pondríamos el pie donde se alzaba la voz sin alfabeto; en la lava reseca de tu pensamiento difuso, en el lagar de las vendimias estériles de la locura, en el vértice de los caminos de tu orgullo, en el sitio increado. Fuimos, entre quebradas sulfurosas, y a través del hú...