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Un día de esos

No sé, supongo que uno no tendría que poner estas cosas acá, pero yo voy a confesar que estos últimos días estuve un toque conchuda (sí, vamos a asumirlo, todas tenemos nuestros días así) y todo o casi todo a mi alrededor me molesta. A saber:
1. las rusas/ucranianas (incluye evelinas y mashas)
2. la gente que escribe con el patrón mayúscula-minúscula (sin comentarios)
3. la gente que escribe azi loko viteh y símil (por favor, alguna vez abran el diccionario! les juro que no muerde!)
4. la gente que se pone de novia y se olvida de cuando estaba soltera y le bancabas todas las histerias (qué onda? el noviazgo actúa como una especie de Lacuna Inc.?)
5. las mujeres (madres) que no tienen nada que hacer con sus vidas y se la pasan chusmeando y formando pseudo-coaliciones para protestar en el colegio (a ver, si tu hijo es un infradotado o símil que no entiende fracciones y/o la regla de tres simple, NO acoses a la maestra para convencerla de que tiene que aprobar a Juancito porque se pasó toda la tarde haciendo cuentitas -porque este tipo de gente también tiene una fascinación con los diminutivos, don't ask me why- pero no le salen porque se pone nerviosito)
*Ah, y me olvidé de agregar la propaganda de Pepsi (Pecsi) que lo único que hace es fomentar la mediocridad y estupidez de la gente.

Comentarios

Lola ha dicho que…
los minusválidos que alternan mayúscula y minúscula me molestan desde hace años, junto con los imbéciles que hablan como primates. por dios.
qué buena que es metropolis, la vi en historia del cine del colegio y me enloqueció.
un saludo :)

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Estanque

Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe

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Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.

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