¿Te acordás cuando pensaba que íbamos a ser amigas por siempre? Bueno, no me pasó sólo con vos, me pasó tres veces en toda mi vida, y las tres salieron mal, todas en menos de tres años. A veces quiero creer que el problema soy yo, y no los demás, porque eso significaría que hay algo que puedo cambiar. Pero no, la verdad es que no creo ser el problema, si no más bien mis malas elecciones. Una convergencia de causas y consecuencias aleatorias que me hacen creer en cosas que no son. Una y otra vez. Querer a la gente al punto de...no ver (ojos que no ven, corazón que no siente?). No sé, en todo caso ya no importa porque ninguna de las tres forma más parte de mí. Extraño sentir que tengo una amiga, pero no las extraño a ustedes, esa es la verdad.
Hoy casa fue un desastre, mamá deprimida, padre y hermanos en otra, y yo como puedo.
El jueves te fuiste (no pude decirte nada), y se cumplieron nueve años desde que murió mi abuela. Demasiadas despedidas.
Dicen que el deseo motiva los cambios, y yo realmente deseo cambiar, pero las transiciones son lo peor.
Comentarios
Las despedidas, qué tema complejo.
Por más que esté trillada, creo que resume a la perfección esta senación ambivalente:
"las despedidas son esos dolores dulces"
Un beso grande.