El nuevo G. (sí, su nombre, al igual que el del ex también empieza con g, pero no es el mismo) volvió del viaje. Y hoy llegó una compañerita nueva: pelo corto, negro, rulos perfectos, ojos grandes, sonrisa dientes Colgate, flaca, estudia filosofía, 20 años ponele, y se quedó hablandó con él todo el receso. Yo me pregunto: por qué? Por qué siempre tengo que tener competencia? Por qué el mundo se empeña en bajarme la poca autoestima que tengo y refregarme en la cara que la ciudad está repleta de mujeres más lindas, más simpáticas, con mejor cutis que yo? Sí, a la salida se fue conmigo, pero nada, no signfica nada. Y yo sigo: por qué me tomo el subte como una pelotuda? Por qué? (AHHH, cómo me molesta esto de ser insegura, enamoradiza, idiota).
toda la semana luchando por levantarme temprano y finalmente el domingo (otrora día predilecto de la fiaca y el descanso) me levanto sin despertador a las 07:30 am. no voy a luchar con este signo de la adultez, lo acepto como las primeras líneas de expresión que comienzan a marcar un surco en mi frente (aún me resisto al botox aunque me hice amiga del retinol). hay algo muy bello en el silencio de las mañanas de domingo, en el sol tibio de mayo y la suavidad de esta brisa otoñal. dentro de poco, se cumplirá un año desde que me despedí de Silvestre. todavía no sé si me acostumbro a su ausencia, y a veces pienso que no lo pienso lo suficiente (nigún duelo es lineal). ¿me recordarán aunque no esté muerta? ¿y cuando ya no esté de verdad? ayer inició el ciclo de despedidas de una amiga que se muda de país para estar cerca del hombre que ama. yo también imaginé un futuro así, aunque no prosperó (ya casi no recuerdo ese momento, pero sucedió). no puedo imaginar el vértigo que implicaría ...
Comentarios
Un beso C., suerte con tu telenovela personal. Siempre hay un momento en que parece un melodrama, a veces digo que tendría que escribir un libro de autoayuda para adolescentes inseguras y enamoradizas.