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When you look you will have what you own

Cada día estoy más convencida: me enamoro de imposibles (o al menos poco probables). Amo-odio los viajes en auto con vos. Cuando estamos solos y hablamos de música, cine o fotografía. Y siento que estoy cerca, pero siempre el comentario que me devuelve a la realidad. No creo en los que dicen que hay que darle tiempo a estas cosas: 1) soy impaciente, 2) para mí esto se da o no se da, es una cuestión de química/feeling/onda, lo que quieras, después puede crecer o no, pero no se fabrica. Sí, ya sé que la energía positiva y blablabla, pero sabés qué difícil es a veces? Necesito algo-alguien que me devuelva un poco de fe.

Comentarios

Daniel Shields ha dicho que…
La impaciencia acorta distancias y/o no hace no recorrer algunas. En definitiva creo que si lo que está es bueno nos hace disfrutarlo por menos tiempo, lo consumimos mas rápido. Y si lo que viene parece malo lo descartamos, teniendo, calladamente en nuestro interior, la duda de si actuamos correctamente.
Y lo bueno de algo o alguien que nos de fe, es que de la misma manera nos la pueden sacar. Somos animales jodidos, queremos que nos den pero odiamos cuando nos quitan.

Y aprovecho para responderte acá, porque tu post es viejo, y porque no tengo mucho interés que lo lean en el mío, si es que alguien alguna vez fuera a reparar en los comentarios de otro.
Me llamó la atención primero que leyeras entradas viejas. Eso denota una pausa, contraria a la impaciencia que te adjudicas. Y en segundo lugar me llamó la atención que hayas escrito en los dos post que mas relacionados con el "amor" están. Creo que el ego es uno de los grandes males que tenemos. Nos vive condicionando y nos vive creando una imagen de nosotros mismos que defendemos a muerte y que nos pone por encima de todos cuando en realidad somos lo mismo. Y con esto me gustaría incluir al resto de los seres, a la naturaleza completa, etc. Coincido.
Y con respecto a esa situación rara. No sé si fue triste, por momentos puedo ser un desalmado despiadado y realmente mirar para otro lado. Sin dudas ella se llevó la peor parte y hoy ya no tengo la posibilidad de preguntarle qué o cómo. Pero fue un gran llamado de atención a mi ser para darme cuenta de que hay que estar siempre alerta. Siempre contemplando todo. Porque claro, en ese momento solo pensé en mi y en lo que estaba haciendo. Ego, ego.

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