Hablé con I. para liberar tensión de semanas acumuladas, y fiel a su conocimiento biológico y amor particular por los perros, me dijo lo siguiente: "Somos como ellos, que cuando pasan mucho tiempo solos empiezan a morderse y se lastiman". Seré un Bobby, un Pibe, un Jack, un Paulino, una Margarita? Será que este sentimiento de soledad sólo lleva a lastimarme para sentirme viva porque lo único real es el dolor? Yo no quiero creer que lo único real es eso, pero es verdad que a veces no más.
Cada cosa viva o muerta que el mundo rechaza se reúne: las raíces de los árboles secos que siguen profundamente agarradas a un suelo que ya no las retiene, el moho que al crecer parasita el tallo de la planta joven, el perro moribundo tirado al costado de la ruta, las ramas más jóvenes del ceibo que el temporal derriba, la serpiente de coral emboscada por la fiera, que se repliega sobre sí y permanece quieta como si fuera su propia cáscara vacía en el monte espeso. Para quienes fueron dañados, todo lo que llega después del daño es una gracia. Alguna vez vadearon la vida como si fuera un estanque lleno de alimañas, peligroso en la superficie y en el fondo, hecho para el lucimiento de los intactos y los fuertes. Los que no tienen nada que perder entienden la serenidad con que la materia cesa de resistirse al fin a ser vencida. No hay debilidad ni cobardía en ese dejarse ir que aún en medio del dolor crea puntadas de consuelo: quien fue lastimado una y otra vez sabe
Comentarios
hay los perros....
los perros....
Hay que abrir los ojos, aveces en el momento menos esperado viene alguien en la oscuridad con poca ropa y nos libera de esas cadenas. Quizás ahí de nosotros ya dependa que se liberen por siempre.
Paulino (L)