Carmela prepara té para dos. Ellayo. Los dos cuerpos sobre el sillón, improvisamos un juego: los ojos fijos en los ojos-reflejo, secuencia de palabras al azar, aunque sabemos que el azar también guarda sentido, como nuestros dos cuerpos enfrentados este atardecer de domingo. Carmela pregunta qué quiero escuchar y digo que lo que ella quiera, entonces ella ríe y se queja "siempre decís lo mismo". A veces pienso que ella es todo lo que yo quiero ser, pero eso no se lo digo, en cambio sólo comento "estás muy linda". Voz femenina sobre guitarra, busca tranquilidad, yo también. El aroma de jazmín y rosas comienza a evaporar mis sentidos y los pensamientos se olvidan entre sí. Sólo queda emoción, "no quiero soledad, quedate conmigo hoy". Carmela se acerca y comienza con sus caricias, "cuánta tensión", "me hacía falta un poco de vos", "de voz", luego me besa y vuelve a reír. Hay algo que nos une. Carmela le dice desencanto, yo lo llamo amor.
toda la semana luchando por levantarme temprano y finalmente el domingo (otrora día predilecto de la fiaca y el descanso) me levanto sin despertador a las 07:30 am. no voy a luchar con este signo de la adultez, lo acepto como las primeras líneas de expresión que comienzan a marcar un surco en mi frente (aún me resisto al botox aunque me hice amiga del retinol). hay algo muy bello en el silencio de las mañanas de domingo, en el sol tibio de mayo y la suavidad de esta brisa otoñal. dentro de poco, se cumplirá un año desde que me despedí de Silvestre. todavía no sé si me acostumbro a su ausencia, y a veces pienso que no lo pienso lo suficiente (nigún duelo es lineal). ¿me recordarán aunque no esté muerta? ¿y cuando ya no esté de verdad? ayer inició el ciclo de despedidas de una amiga que se muda de país para estar cerca del hombre que ama. yo también imaginé un futuro así, aunque no prosperó (ya casi no recuerdo ese momento, pero sucedió). no puedo imaginar el vértigo que implicaría ...
Comentarios
Que ganas de vivir un domingo como esos. Un beso!