Es tarde y todavía tengo que lavar los platos. Y yo odio lavar los platos. Bueno, no sé si me produce odio, pero sí tedio, eso, me resulta una actividad muy tediosa. Pienso que mañana (hoy) debería ir a cortarme el pelo (y ya que estoy visitar al peluquero que me encanta), a ver si las cosas cambian. De vez en cuando me gusta pensar que esos pequeños detalles pueden inaugurar nuevos períodos, generar cambios en otros niveles de mi vida. Claro que en realidad no, claro que cortarme el pelo no implica nada más que eso. Pareciera que ando mas bien en época de derrape, que al final el post anterior no es tan verdad como me hubiera gustado, o sí, pero es más parcial que absoluto. Estos días grises me tienen a maltraer, me acuesto tarde -y me levanto aún más tarde-, ando ingiriendo más calorías de las debidas, ilusionándome con gente demasiado, a saber: demasiado estúpida, demasiado linda, o demasiado inalcanzable. No sé qué es de mí, pero prometo esforzarme por no volver a caer en mi propia debilidad. Es sólo que a veces no puedo conmigo misma.
te acordás cuando escribías en un blog y volcabas todas tus fantasías y desilusiones de adolescente tardía? la vida entonces era una superficie tersa aunque la percibías rugosa, había menos preocupaciones pero su magnitud era enorme, por momentos registrabas que las cosas que te dolían eran insignificantes y eso te dolía aún más. no sé si la adolescente que eras se reconocería en la joven adulta tardía que sos hoy, si le daría cringe, si tendría cosas para reprocharte. quizás sí, yo miro con compasión a esa que fui, y espero que la compasión me acompañe más adelante. hoy fue uno de esos días en que una cosa llevo a la otra y terminé intentando recordar nombres de personas que en otro momento de mi vida estuvieron muy presentes, aunque no fueran cercanas, y eso me hizo desempolvar imágenes, rastrear trayectorias lejanas, atar cabos, hacerme preguntas: ¿todas las personas convivimos con el mismo grado de incertidumbre aunque las cosas en un cv (aka linkedin) pare...
Comentarios
Y yo creo que cortarse el pelo, el cambio de la propia imagen, sí ayuda un poco al cambio de estado anímico. Como ordenar el desastre que uno tiene en la habitación.
Como es arriba es abajo. Como es afuera es adentro. Claro que no basta SOLO con eso; pero, a veces, tal vez, ayuda.
Fuerza, Carolina, y un abrazo.
2. quién habló de enamorarse?