y las ganas de llorar atragantadas, de decir(te) que por favor me busques, que por favor me encuentres, me saques de este basural, este rincón húmedo y oscuro, tan frío como la peor prisión más austral del mundo. La peor celda es uno mismo, ya lo dijo Idea, y yo también (te) lo digo, mi conciencia me destruye cada día un poco, va despacio, socava y corroe, perfora. No (te) pido que me salves, eso sólo puedo hacerlo yo misma, lo que quiero/necesito (todavía no descifro las barreras entre necesidad real y deseo) es que me ayudes, que me lleves al parque, que me acompañes en esos días grises grisoscuro en que veo películas tristes para justificar mis lágrimas, que me digas cosas lindas para volver a creer en la belleza (de estar viva). Que me digas que las cosas no están tan mal y que los cambios ocurren y la suerte existe. "La muerte es una opción que me tranquiliza", pero -para ser sincera- si lo pienso dos veces me da miedo. Me asusta la vida y me asusto de mí misma. Me da miedo esta soledad que atesoro como si fuera lo único, lo más importante que tengo. Este poco orgullo imbécil que me separa de vos y de todo el resto. Esta cobardía disfrazada de acidez, ironía (palabras cruzadas retorcidas). Decime, decime sin miedo lo tarada-estúpida-insoportable que soy y después abrazame y decime que me querés lo mismo, que todos tenemos problemas, estas cosas, que lo que importa es escucharnos-entendernos-ayudarnos mientras dure el camino. Que a vos también un poco te asusta pero que si lo pensás es absurdo y hasta gracioso y que si no sería aburrido, que es así y que no lo piense mucho porque nada tiene mucho sentido. Dame la mano y decime que no (me) podés prometer algo como no soltar(me)la nunca jamás porque eso sería mentir(me) y vos preferís decir la verdad, que me querés, que incluso podés llegar a amarme, pero que quizás no dure, que tal vez se termine antes de que vos o yo podamos acostumbrarnos a la idea de estar juntos o separados, y que aún así vale la pena.
Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.
Comentarios
Te dejo un beso sobre cada párpado, c. Que cese el llanto algún día. Que colmes el hueco en el pecho. Que desanudes la garganta.
Sos muy valiosa, c.
Te mando un abrazo.
...cuando podamos darnos cuenta que el otro sabe nada igual que nosotros y que no tiene en su poder ninguna llave que nos complete, quizás su palabra pierda un poco de validez y así podamos darnos lugar a nosotros mismos.
Te dejo un abrazo desde el anonimato pero muy sincero!