Pensaba hablar de trivialidades, de cómo un hombre me dijo que debía dar bien en cámara (un cumplido al fin, quiero creer), de cómo una pareja en el colectivo se la pasó hablando -a un volumen audible por todos- de que cuando llegaran a su casa o al lugar x al cual se dirigían iban a coger, de cómo ella le decía que estaba caliente y que ojalá no hubiera nadie, de la chica que vi en otro colectivo, que tenía una gorra violeta con las letras JB en blanco, y una remera que decía JUSTIN BIEBER, y una pulsera donde se leía JUSTIN BIEBER FEVER, y qué pasa con la publicidad gratuita que le está haciendo, y cómo el consumismo puede arruinarnos la vida, de preguntarme incluso por qué yo lo comento acá. Iba a hablar de todo eso, y hacerlo en forma casi de tweet, porque no tengo twitter, pero a veces me dan ganas, ya lo confesé; pero hoy me levanté triste. Y lloré por las mismas cosas que lloro siempre. Y pensé que había lugares que ya no frecuentaba, pero parece que no, que eso que creí que de cierta manera se había cerrado sigue tan abierto como antes. Parece que me duele igual que hace dos años, y que hace tres, y que hace cinco.
Algún día me gustaría dejar de ser esta chica invisible que me siento, cuando en la sala a oscuras, todos están en sus lugares, todos encuentran su lugar y yo me quedo parada junto a la pared de ladrillo, en el fondo. Yo te miro y te sonrío, y vos nunca vas a saber de mí, nunca vas a. Yo lo sé, lo sé con la misma certeza con que sé que algún día voy a morir. Detrás del vidrio te miro, y también sé que no sos vos y no es esto, que siempre sucede más allá. Cuando lloro porque no me decís que no, pero tampoco decís que sí. Y sé entonces que nunca vas a quererme vos a mí. Cuando siento tan lejano todo eso que quiero alcanzar. Cuando el interior es una cosa inhóspita y no sé cómo salir. Cuando decido irme en silencio, sin hacer ruido, total quién se va a acordar de mí.
Comentarios
Y creeme. A esos lugares que parece que nunca se cierran, se vuelve siempre... pero no de la misma manera.