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sweet nothing

entonces la propuesta es ir y que no importe, que no importe lo que pase, estar y salir, y seguir y ver, conocer, buscar buscar buscar hasta que llegue algo, pero sin esperar nada, yo siempre espero, pienso, siempre estoy a la espera de algo, algo extraordinario, algo que nos diga que hay otra cosa además de esto de todos los días, del colectivo y el tren, del despertador, de los apuntes y la mirada perdida en algún punto del trayecto, de las conversaciones, de los puchitos, de pedir fuego y mirar a los ojos a ver si me despertás algo, a ver si te despierto algo, a ver si algo se despierta que está todo muy dormido desde hace mucho tiempo. una postal desde Kuala Lumpur o el reino de Bután, feliz cumpleaños te quiero te extraño siempre, o algo así, y el mundo parece tan grande y vos tan lejano pero ya no importa, y entonces caminamos por la calle con frío, y vemos y escuchamos, y a veces es todo lo que podemos hacer, no hay nada que nos guíe hasta un destino tan improbable, tan poco certero. que quiere que seamos amigos y nada más, eso dijo, pero después también me toma por la cintura y me abraza, y yo me alejo, porque no sé qué otra cosa hacer, no sé cómo reaccionar, cómo manejarlo, o más bien cómo manejarme a mí misma en esa situación quizás. perdernos como nos encontramos -el azar como motor de la vida, la casualidad como madre de todas las cosas-, compartir tanto tiempo, tantos recuerdos, por sobre todo un código en común, y que de un momento a otro no quede más que silencio, nada más que decir. pero de pronto es de noche y te cruzás con un cuerpo, te chocás, te pegás a ese cuerpo, y le decís "pensé que ibas a bailar conmigo" y entonces bailan, y esa proximidad, ese encuentro no es nada, y es todo, y sentís sus labios y la dulzura y la voracidad, y no entender, todo eso al mismo tiempo, pero te entregás y te dejás ir porque sabés también que no hay nada que entender y no hay nada más que el momento, no es más que eso, que ese intercambio, que esa forma de amor fugaz, o más bien de pasión efímera, de encanto volátil, o simple soledad amortiguada, o ganas, puro deseo en su forma más básica, una pulsión que nos guía hacia el otro, hacia su cuerpo, su boca, sus ojos, te besaría toda la noche si fuera por mí, todo lo que queda de mi noche te lo entregaría a vos para que hagas con eso lo que quieras, para que me hagas pensar en otra cosa distinta, para que no me hagas pensar más que en esto que pasa ahora, y concentrarme acá, en el contorno de tus labios, tu lengua, tu saliva, en el besar y la música de fondo, y el tacto y el sabor, todos los sentidos puestos, enfocados ahí. pero reprimimos las palabras, la demanda fuera de lugar, la ansiedad desubicada, el atropello, la insatisfacción crónica a la que nunca le alcanza nada y siempre quiere más; así que no te reclamo, no te pido nada, no te digo llevame lejos de acá, no te pido nada que no pueda esperar -el vínculo es mutuo, es recíproco o no es vínculo-, entonces sólo silencio, una sonrisa de despedida y nos separamos, porque eventualmente todo llega a su fin, y al fin y al cabo yo no te conozco, y vos a mí tampoco, aunque pienso que me gustaría, pero eso no depende sólo de mí, y quizás sea una ilusión más. no saber lo que se quiere, pero saber a ciencia cierta lo que no se quiere, aunque a veces no se sepa nada, y vuelva a confundirme entre tu piel, tus rulos, las luces de colores, el ruido, el sonido, la oscuridad. no se pierde lo que no se tiene, pienso, y la verdad es que yo no tengo nada, así que -me consuelo- no hay nada que perder ni nada por lo que llorar. 

Comentarios

Dan ha dicho que…
Es difícil comentar algo sobre eso que escribiste...
Me hizo recordar una canción...
Acá está con un video bastante feito, pero con traducción:
http://www.youtube.com/watch?v=vcV9Q7z0QGo
Este es el bueno:
http://www.youtube.com/watch?v=rsfdW8xAZRY

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