Hoy fue mi último día oficial de cursada. Si todo sale bien, el año que viene me encontrará como Licenciada, así, con todas las letras. No sé cómo explicar todo lo que sentí en estas semanas de final inminente. Diría que la vida me emociona -por más cursi que suene. Porque siempre pienso en el tiempo, que se va y no vuelve, pero todos estos días ese pensamiento fue aún más recurrente todavía. La vida pasa, y no deja de conmoverme.
Algo del otro que también sea mío. Para mí en el corazón somos todos parecidas/os, y decir en el corazón es como decir en el fondo, pero, en el fondo de la manera de sentir. Suelo decir que el corazón es la cárcel más común y esto significa que no sólo es el encierro sino el espacio compartido con otros. Cuando me encuentro con ese otro que me habla como desde mí, ahí me gusta lo que escribe, porque ahí me emociono. Yo me emociono con algo físico, soy pasional, no puedo emocionarme con una idea poética de una idea poética que sale de otra idea poética. Eso me aburre, es como oír una música obligadamente, no hay disfrute, me quiero ir de ese poema.
Comentarios
Odio los finales, pero bueno, siempre son necesarios para dar paso a algo nuevo.
Ahora tenés que cambiarle el título al blog: "Sin yelmo, sin armadura, pero con licenciatura" :p